Javier Valdés, ginecólogo en el centro de orientación familiar del complejo hospitalario de Vigo, en una entrevista concedida a un medio de comunicación gallego manifiesta literalmente lo siguiente al contestar a la pregunta de “¿El feto es un ser humano?”; y contesta: “Sí, como también lo son a los que meten en la silla eléctrica, pero son casos muy puntuales (569 en un área de medio millón de habitantes), y hay que pensar en la vida de la madre”.
Llama la atención la sinceridad con que se pronuncia este médico que colabora habitualmente en la práctica de abortos. Aunque demuestra una total ausencia de conciencia moral al reconocer que trabaja en la eliminación de vidas humanas, este testimonio de primera mano pone de manifiesto como el aborto es en nuestra sociedad un puro negocio de algunos, que se sostiene en una explícita voluntad de despreciar la vida humana, y que los argumentos demagógicos manejados por algunos para intentar ocultar el carácter humano del concebido en el fondo no se los cree nadie.
La comparación con la pena de muerte es muy acertada: hay una profunda incoherencia en prohibir la pena de muerte como hace la Ley española y permitir el aborto. El ataque de sinceridad del señor Valdés, nos pone brutalmente de manifiesto de nuevo la profunda incoherencia de que los que se consideran así mismos ‘progresistas’ sigan defendiendo el aborto. Nada hay más progresista que defender la vida de todos y con especial fuerza la del más pequeño e indefenso como es el concebido y no nacido.
Europa que se enorgullece de haber suprimido la silla eléctrica y cualquier otra forma de pena de muerte debiera hacer esta misma reflexión y avanzar decididamente hacia la erradicación del aborto. Esperemos que el debate en España alrededor del Anteproyecto de Ley de la Protección del Concebido ayude a que haya mucha más sinceridad por parte de todos y así se vaya imponiendo la conciencia de que todo aborto implica la eliminación de una vida humana inocente e indefensa y eso no puede ser aceptado por ninguna persona ni sociedad que se consideren avanzadas y humanistas.