Tal y como se había anunciado en campaña electoral, el PSOE se dispone a la equiparación de los derechos de las parejas homosexuales a la de los matrimonios constituidos. No en vano, la página web oficial del partido socialista contiene un canal destinado exclusivamente a este colectivo. Sin embargo, no se entiende tanta precipitación cuando el propio Zapatero reconoce en privado que la causa rosa “no forma parte de sus prioridades políticas”. La medida contravendría el espíritu el art. 39 de nuestra Carta Magna que establece la obligación de los poderes públicos de velar por el bien de la familia. La misma web de de la Administración General del Estado define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer refrendada civilmente. Por otra parte, negar la patología psicológica de la homosexualidad supone cerrar los ojos a la realidad. El mismo Dr. Robert Spitzer que despatologizó la homosexualidad en 1973 describe en un estudio publicado en 2003 la posibilidad de curación de esta enfermedad. La diferencia entre una postura y otra obedece a 30 años de estudio y dedicación profesional al fenómeno de la homosexualidad. Además, aprobar la adopción de niños por parejas homosexuales violaría el séptimo principio de la Declaración Universal de los Derechos del Niño y el art. 39.4 de nuestra Constitución que reconoce el interés del niño como principio rector de quienes ostenten la patria potestad. La misma Asociación Española de Pediatría considera que «un núcleo familiar con dos padres o dos madres es claramente perjudicial para el armónico desarrollo de la personalidad y adaptación social del niño». La encuesta del CIS sobre el tema de las parejas de hecho, realizada en 1995 y publicada en 1998, refleja que el 60% de las uniones de hecho tiene una duración inferior a 5 años. Por ello existen publicaciones que señalan en los niños adoptados el peligro de la inconsistencia de uno de los miembros de la pareja y en la promiscuidad desarrollada en los propios niños de adultos. Por último, en todo caso, al tratarse de una regulación que afecta al Derecho fundamental de la integridad moral de los futuros hijos protegido en el art. 15 de nuestra Carta Magna, esta reforma debería de tratarse como Ley Orgánica y no como proyecto de ley de iniciativa gubernamental. Escribe a Zapatero manifestando tu oposición al anuncio realizado. Tu correo llegará a los representantes de las diferentes formaciones políticas que componen el Congreso de los Diputados. Como siempre, puedes modificar el contenido de la carta de la manera que estimes oportuna.