A veces, no es fácil, la familia española ha cambiado mucho y conviven en ella tres o cuatro generaciones: abuelos, padres, hijos y nietos. Ello dificulta la coincidencia de disfrutar de las vacaciones en el mismo lugar y al mismo tiempo. El tamaño de la familia, su composición, la edad de los hijos y los modos de relación entre sus miembros son muy diferentes a los de no hace muchos años.
Sin embargo, la vida en familia sigue siendo la forma habitual de vida de los españoles. Existen más de doce millones de hogares en España. En los últimos treinta años el tamaño medio de la familia a pasado de ser de cuatro personas a menos de tres. Hace diez años las familias con seis miembros suponían un ocho por ciento, hoy son la mitad. El número de hogares donde sólo vive una persona representa el veinte por ciento de las familias. Alguien podría pensar que este aumento se debe al incremento de la esperanza de vida pero no es así. Solo en el cinco por ciento de los hogares unipersonales vive una persona sola de 65 o más años.
A pesar de que el índice de natalidad de los españoles es, junto a los japoneses, el más bajo del mundo. Hoy el modelo familiar que predomina es el de la pareja con dos hijos, seguido de la pareja sin hijos y de la pareja con un hijo único. También las formas de unión de las parejas ha cambiado. No sólo se dan cada vez a edades más avanzadas -30,6 años para los hombres y 28,6 años para las mujeres-, sino que se van incrementando los matrimonios civiles. Todos estos cambios tienen su repercusión en la forma de ser de los miembros de la familia.
Recientemente un estudio americano ha constatado que tener hermanos es jugar con ventaja. Los niños que crecen en familias con dos o más hijos son más sociables y poseen un mayor desarrollo emocional que los que son hijos únicos. Se ha podido comprobar que los niños con hermanos tienen más facilidad para relacionarse, para hacer amigos, para ayudar a otros niños y expresar sus sentimientos. El estudio también señala que los beneficios de tener hermanos son menores cuando se trata de familias muy amplias, ya que el tiempo que les dedican los padres y los recursos son también importantes para su desarrollo. El estudio no señala cuál es el tamaño ideal de familia, pero en lo que sí coinciden todos los estudiosos del tema es que un bajo índice de natalidad, aunque pueda tener alguna ventaja, no enriquece a la sociedad.
En los últimos años el Gobierno y las Comunidades Autómomas han ido adoptando medidas tendentes a incrementar el bienestar de las familias y mejorar el índice de natalidad. Son medidas que afectan a muchas personas y que, por tanto, no pueden implementarse de una sola vez, pero sí debe hacerse una política familiar dirigida a esos objetivos, porque no hay que olvidar que la familia constituye el núcleo básico de la sociedad y el mejor ejercicio de solidaridad.La familia española ha cambiado mucho en los últimos años. Ahora, con la llegada de las vacaciones, es el momento de pasar tiempo junto a los nuestros, y así disfrutar de ellos.