Ratatouille

por | Ene 30, 2013 | Noticias

El director y guionista Brad Bird (Los increíbles) es sin duda uno de los más grandes valores de la compañía Pixar, esa empresa que ha revolucionado el arte de la animación digital y que año tras año nos hace el gran regalo de estrenar maravillosas y divertidas películas que asientan su calidad en guiones trabajados, entrañables, imaginativos y llenos de un buen puñado valores humanos. Ratatouille reúne todos los componentes que han marcado el exitoso camino de la empresa liderada por John Lasseter y que les ha convertido en los números uno. Sólo a ellos se les puede ocurrir convertir al animal más despreciable y asqueroso, una rata de alcantarilla, en el colmo de la distinción, la delicadeza y el gusto, características de la más alta cocina francesa.

Remy es una rata que posee un extraordinario olfato, de tal modo que no aguanta seguir comiendo basura, como hacen su padre y su hermano Emile, preocupados sólo por sobrevivir y llenar la panza. Remy en cambio viaja con los sabores y le gusta mezclarlos y crear sensaciones nuevas en su paladar y en su cabeza. Esa inquietud está unida a un gran afán de conocimiento, porque Remy sabe leer y disfruta escuchando por televisión los consejos culinarios del gran Gusteau, uno de los chefs más afamados de París. Pero un día, tras enterarse de que su maestro ha fallecido y de que su célebre establecimiento ha perdido una de sus estrellas, él y sus compañeros se ven obligados a huir del lugar donde viven. Y el azar alcantarillil le hará llegar hasta la mismísima cocina del famoso restaurante, donde conocerá y vivirá mil y una aventuras con un jovencito llamado Linguinus, que no sabe ni freír un huevo.

Brad Bird logra una película fascinante, de corte más infantil que Los increíbles, aunque quizá no al nivel de Cars. Como siempre, el acabado visual es alucinante: los gestos faciales, los movimientos, los fondos, etc.; y el equipo de Pixar se supera a sí mismo en dos escenas primorosas, llenas de acción, como son la de la huida por el río y la alcantarilla, y la de la persecución por las orillas del Sena.

En boca de las enseñanzas del gran Gusteau, el film transmite y remacha la idea de que “cualquiera puede cocinar”. Cámbiese cocinar por cualquier otra creación artística y encontraremos el sentido de esta extraordinaria fábula sobre la fructificación de los propios talentos, la falta de prejuicios a la hora de considerar las habilidades ajenas y la compatibilización entre trabajo y familia. Son temas serios, pero lógicamente la película es muy divertida y ocurrente, con un primoroso guión que no decae en ningún momento y unos personajes bien trabajados. Hay momentos para la risa, la melancolía, el amor, la parodia y por supuesto también están los villanos… Y como no podía ser menos la película ofrece también algunos gags memorables, como la tarea de Remy cuando su padre descubre su gran olfato, la presentación del terrorífico crítico culinario o el inolvidable instante en que éste prueba el “ratatouille”, el plato típico de la Provenza francesa, elaborado a base de verduras fritas con aceite de oliva.

Sobre la crítica y los críticos

Los guiones de Pixar siempre son muy originales y éste no le va a la zaga. Sin duda una de las facetas más reconfortantes y también peligrosas del mundo del arte es la crítica. No hay nada más distinto del arte que la crítica de arte, pero tampoco hay nada más inseparable. En una escena de RatatouilleBrad Bird pone en boca de un personaje un discurso fantástico sobre la labor que hacen los críticos (de cocina o de lo que sea, por ejemplo de cine). Con una claridad meridiana y gran desparpajo, el director sostiene que los críticos muchas veces son soberbios y están apegados a su criterio, razón por lo cual casi siempre tienden a dar una visión excesivamente negativa del arte. Para Bird ésta es una postura muy cómoda y lo difícil es elogiar sin contemplaciones una obra, cuando, con toda justicia y merecimiento, lo merezca.

Nombres con sentido

Nombres con sentido

Siempre se puede sacar punta a los nombres de las películas de Pixar. En este caso, el mismo título remite a las ratas, además de al plato culinario de verduras. Remy, nombre del protagonista, bien podría ser un homenaje al creador de Tintín, Hergé (en el centenario de su nacimiento), cuyo apellido real era Remy. De igual modo, el personaje de Django, padre del protagonista, fue llamado así en honor de Django Reinhardt, un celebérrimo guitarrista de jazz, de raza gitana y nacionalidad también belga. Luego están los nombres de Gusteau, dueño del restaurante, y del jovenzuelo Linguinis, el amigo de Remy, que claramente hacen referencia al sentido del gusto y a la lengua, donde están las papilas gustativas. Por último, destaca el nombre del crítico culinario, Anton Ego, que viene a dejar claro que para él lo más importante es su sabiduría y su opinión.

Decine21.com

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