Es algo conocido que la Fundación Gates es el instrumento mediante el cual Bill [Gates] emplea ingentes sumas de dinero para esparcir por el mundo el mensaje anticonceptivo como remedio para la pobreza, la cual, según el errático diagnóstico del informe Kissinger, encuentra su origen en una supuesta superpoblación. De este enmascarado control sobre el territorio internacional por parte de los Estados Unidos (a partir de McNamara y Nixon), disfrazado de filantropía en este caso concreto, derivan todas las teorías de la ideología de género, como teorías anticonceptivas en sí mismas. No es una opinión, es lo dice la primera presidenta del Fondo de Población de la ONU: “ya no se trata de controlar la población del mundo según los roles tradicionales de género, sino de cambiar los roles de género para controlar la población del mundo”. De aquellos polvos, estos lodos.
En el equipo de Gates está también Soros, la ONU, Planed Parenthood, los lobbies antifamilia, y los sectores más progresistas que se esfuerzan tanto en cambiar el lenguaje para que no parezca que estamos hablando de barbaridades.
Dentro de estos sectores a los que hago referencia está el presidente francés, Emmanuel Macron, obviamente invitado por la Fundación Gates para dar bombo a su libro antifamilia. Y no se le ocurrió mejor manera de hacerlo que diciendo, irónica y literalmente: “por favor, preséntenme a una mujer bien educada que haya decidido tener siete, ocho o nueve hijos”. Para información del desafortunado presidente, el 17% de los hogares franceses está compuesto por familias con tres o más hijos, en España son más de medio millón y en la Unión Europea son más de nueve millones las mujeres a las que el señor presidente ha tildado de incultas.
Normal que le estén bombardeando en las redes sociales estas mujeres, insultadas gratuitamente bajo el pretexto del “progresismo” antimaternidad, a fotos en las que aparecen ellas mismas junto con sus hijos y sus títulos académicos, con el hashtag #PostcardsForMacron (postales para Macron). Nos unimos gustosos a la iniciativa y os animamos a todas a quienes este tipo os haya insultado a compartirlo también.
No sé si con estas declaraciones meterán a Macron dentro del saco de los “ultras” (donde, por cierto, también están aquellos que juzgan a otros matrimonios por el escaso, a su juicio, número de hijos), pero desde luego el mensaje que ha lanzado, a la vez que inoportuno y desafortunado, es extremada y radicalmente ideológico.
Los padres estamos empezando a cansarnos de tanto ataque directo y gratuito escudado en estas modas de “nuevos valores”, ya tenemos muchos motivos para ocuparnos de defender no sólo a nuestras propias familias sino a todas, pero gracias, Macron, nuevos impulsos siempre serán bien recibidos si lo que desean es despertar al león dormido.