La situación más jocosa comienza en el momento que tienen que competir con un extenso grupo de jóvenes veinteañeros que, lógicamente, son mucho más listos que ellos y, además, están más familiarizados con la problemática del mundo digital.
Del director Shawn Levy, a quien recordamos por su Noche en el museo, llega esta regocijante producción que justo acaba de estrenarse en los EE.UU. con guión de Vince Vaughn, uno de los coprotagonistas del film.
Con esta cinta vuelve por sus fueros una de las características que el cine norteamericano ha puesto en práctica en infinidad de ocasiones: el protagonismo dual a cargo de dos actores de gran recorrido en la comedia, en este caso Owen Wilson (Midnight in Paris) y Vince Vaughn (Cuestión de pelotas), acompañados por un reparto coral, entre los que destacan Rose Byrne (X-Men. Primera Generación), John Goodman (The Artist) y Max Minghella (Los idus de marzo), entre otros.
Ilusión, relax, competencia y sana comicidad componen la estructura de esta película con una colección de hilarantes diálogos y un trasfondo intergeneracional de evidente contraposición ante los distintos conocimientos informáticos del dúo protagonista y los de sus jóvenes competidores.
Los retos son cada vez más difíciles y complicados, pero ambos los superan aportando una reconfortante dosis de buen humor, cordialidad y cierta ternura, quizás algo infantil, pero ternura al fin y al cabo, que hace mella en las frías mentalidades de aquella juventud acostumbrada a moverse entre teclados y pantallas de ordenadores.
Quizás esta aportación de cordialidad entre distintas generaciones es un buen estímulo para los tiempos que vivimos, en los que trasluce un cierto desdén por la escasa valoración de la sociedad hacia una buena parte del conjunto de hombres y mujeres que, por motivo de edad o de crisis empresarial, han tenido que renunciar a su trabajo habitual. Sin duda, la larga duración de la cinta (cerca de dos horas) se ve compensada por este alentador detalle.
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