Por fin ya estaba todo dispuesto. Poner la mesa el día de Navidad nunca había sido sencillo en casa. Todos querían que ese día fuera especial y todos se desvivían en cuidar los detalles aunque fueran a sentarse los de siempre, los de todos los días, la familia.
Desde la primera Navidad, y ya llevaban casados más de veinticinco años, Luis y Carmen habían establecido una tradición para este día: antes de sentarse todos, dedicaban unos momentos para recordar a aquellos que ya no estaban con ellos para celebrar la Navidad. Y desde siempre también, dejaban una silla vacía en la mesa para que ese recuerdo se hiciera presente.
Era un gesto íntimo, familiar, que nunca habían contado a nadie y que no querían contar. Pero esta Navidad descubrieron algo especial, algo en lo que no habían reparado nunca: el recuerdo entristecía a los mayores, a los padres, pero alegraba a los más pequeños, a los hijos.
Tras el “descubrimiento”, quisieron indagar qué hacía que los pequeños estuvieran alegres y trataran a la silla vacía como algo natural, como algo “lógico”. Luis, más racional, buscaba la explicación en la costumbre, en la falta de conocimiento de los pequeños por lo que supone la pérdida de un ser querido. Carmen, más madre, buscaba la explicación en su corazón. Ninguno de los dos decía nada; nada había que decir, pero ambos miraron a la más pequeña, Teresa, que les devolvió una mirada risueña como diciendo, “es fácil, está claro”.
“Todos los días rezamos por los abuelitos y los tíos, y siempre me habéis dicho que están en el Cielo y que son mucho más felices de lo que fueron aquí y desde allí velan por nosotros. Con todo lo que nos quieren, ¿cómo no van a estar aquí sonriéndonos a todos? Ellos nos sonríen y yo les devuelvo la sonrisa.”
Este año, devolvamos la sonrisa a la “silla vacía”, como los niños, y vivamos la Navidad íntimamente con la familia entera, con la que continúa aquí luchando y con la que desde el Cielo alienta, orienta y sonríe.
¡Feliz Navidad en familia!
Ignacio García Juliá
Director General del Foro de la Familia