El Foro de la Familia, desde que nació hace casi 25 años, nunca ha dejado de proponer a todos los partidos políticos, sin excepción, medidas de política familiar tanto nacionales como autonómicas y locales.
Además, en la fase de consulta pública previa a cada anteproyecto de ley que tiene que ver con Familia, Vida o Educación, el Foro ha participado poniendo a disposición del legislador informes detallados, basados siempre en la evidencia, argumentos racionales y objetivos, con el objetivo de trabajar por el bien común y aumentar el bienestar de la sociedad española a través del fomento, respeto y ayuda institucional a la Familia.
En los últimos años, lamentablemente, estamos asistiendo con tristeza al anuncio y tramitación de leyes que afectan a nuestras causas (aborto, eutanasia, enseñanza, infancia, transexualidad y, ahora, familia) sin recibir comunicación alguna por parte de la Administración, ni siquiera nos llegan peticiones de informes consultivos. Aún así, el Foro ha seguido emitiéndolos y enviándoselos a los ministerios correspondientes, en la fase de participación ciudadana de las distintas tramitaciones legales. No obstante, la respuesta ha sido, sin excepción, nula, inexistente.
Comprobamos con tristeza cómo aprueban estas leyes sin escuchar a nadie, haciendo caso omiso de la opinión de expertos -el Foro no es el único, si no, que se lo pregunten a los médicos en relación a la eutanasia, a los expertos en educación en relación a la LOMLOE o a los psiquiatras respecto de la mal llamada “ley trans”, incluso a los órganos judiciales en el marco de la ley “sólo sí es sí”-.
El rey Midas, según el famoso mito, convertía en oro todo lo que tocaba, fruto de una maldición. Este gobierno es Midas y, la imposición ideológica, el oro. Esa incapacidad para escuchar y remendar errores le “obliga” a repetir -y ahondar en- estos últimos, en un asombroso y nítido ejercicio de contumacia (“tenacidad y dureza en mantener un error”, según la RAE). Nuestro admirado Vicente Morro, experto en educación y delegado del Foro de la Familia en la Comunidad Valenciana, lo expresaba de manera magistral en su artículo “Llamando a las cosas por los nombres que no son”, publicado en el diario Las Provincias hace apenas unos días.
El Rey Midas tocó a su hija Zoe, y ya imaginan en qué se convirtió. El gobierno, siguiendo con el paralelismo, toca ahora a la Familia, mediante la “Ley de Diversidad Familiar y Apoyo a las Familias” y, de igual manera, ya imaginan en qué la pretende convertir.
En dicha norma, es cierto, se recogen algunos puntos que consideramos positivos, como el aumento de ciertas ayudas, las mejoras en conciliación -ambos puntos de manera aún insuficiente- o el ánimo indirecto de establecer un marco legal nacional para evitar discriminaciones en función de la Comunidad Autónoma donde la familia resida.
Pero la ocasión de, por lo menos, dejarlo ahí, en un intento insuficiente por mejorar las cosas para todos y avanzar en el bien común, se ha vuelto a desperdiciar por parte de Midas y su maldición. El resultado: imposición ideológica en el propio concepto de Familia -los famosos ya 16 “tipos”-, imposición ideológica en la educación de nuestros hijos -más límites a la libertad y responsabilidad de los padres-, imposición ideológica de las teorías de género -como si éstas fuesen realidades antropológicas válidas y objetivas-, etc. Simplemente, Midas no lo puede remediar, es su maldición, de la cual todos pagamos las nefastas consecuencias.
Aún así, no todo está perdido. El mito termina bien, con Midas renunciando a todo el oro de su reino a cambio de devolver la vida a su hija. Moraleja: defender la Familia, la Vida y la Educación tendrá su premio. Sigamos trabajando, hablando bien de las cosas buenas, no nos resignemos, que, más pronto que tarde, nuestra sociedad rechazará y renunciará a toda la ideología impuesta.
Javier Rodríguez
Director General Foro de la Familia