La escucha activa

por | Jun 14, 2017 | Artículos

Escuchar activamente a una persona es tratar de comprenderla sin juzgarla ni criticarla, es reflejar lo que dice y mostrarle de algún modo que hemos captado bien sus sentimientos. Por tanto, nos centramos en lo que el otro siente y expresa y le escuchamos con el interés de comprenderle.

En la educación de los hijos es fundamental activar y fomentar la escucha activa.

Condiciones de una buena escucha activa:

  • Querer ayudar al otro.
  • Aceptarlo como es: sin deseo de cambiarlo.
  • Aceptarlo como diferente, con sentimientos y experiencias que le son propios.
  • Creer que él puede encontrar por sí mismo las soluciones a sus problemas.
  • Utilizar la «reformulación» que consiste en que el que escucha repite en otras palabras lo que la otra persona dijo en relación con una situación o hechos a fin de demostrarle que le comprendió bien. El foco está centrado sobre los hechos. Por ejemplo: Tú has dicho…», «Si comprendo bien…», «Lo que quieres decir es…», «Es exacto decir que…».
  • Utilizar preferentemente las preguntas abiertas: se trata de una técnica que consiste en interrogar a la persona para conseguir por su parte una respuesta que contiene cierto desarrollo. Por ejemplo: «¿Qué es lo que quieres decir con…?», «¿Cómo ves tú este tema…?», «¿Por qué no me hablas más de…?».
  • Las preguntas cerradas. Estas consisten en interrogar a la persona a la que se ayuda para conseguir de ella una respuesta breve y precisa (sí o no). Por ejemplo: «¿Estás enfadado…?», «¿Te sientes a gusto…?».

Algunas de las frases o comentarios que hagas pueden constituir auténticos bloqueos para la comunicación con los hijos. Hay que formular bien lo que se quiere transmitir a los hijos.

Artículo cedido por CONCAPA.

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