Como bien sabemos, hay más “días mundiales” que días en el calendario y, si dedicásemos tiempo a hablar sobre cada uno, no haríamos otra cosa. Lo que sí hacemos, aprovechando la ocasión, es recordar ciertos aspectos de aquellos días marcados como “oficiales” por la ONU que guardan relación directa con la Familia, con la Vida y con la libertad de Educación, las tres grandes causas que defendemos y promovemos desde el Foro de la Familia.
El 20 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño -no del niñe, ni dil niñi-, por ser ésta la fecha en que la Asamblea General de la ONU aprobó tanto la Declaración (año 1959) como la Convención (año 1989) de los Derechos del Niño, definido éste por la propia Convención, en su art. 1, como “todo ser humano menor de 18 años”.
Sin duda, nos sumamos a la celebración dicha conmemoración para recordar que la infancia es lo mejor que tiene cualquier sociedad, es la promesa de esperanza, futuro y presente. Protegerla de cualquier forma de explotación, abuso o violencia es un deber ineludible. También hemos de recordar algunos puntos de dichos Tratados Internacionales, de obligado cumplimiento para todos aquellos Estados Partes, que en España hoy están siendo violados en algunos casos, “descuidados” en otros.
El primero de esos puntos es el originario, constitutivo y previo a todos los demás, por razones evidentes: el derecho a la vida.
En nuestro país, más de 100.000 niños (ser humano menor de 18 años, recordemos) son anualmente eliminados por la mera voluntad de terceros. Desde 1985, año en el que “se abrió la veda” a este inhumano y terrible drama, casi 3 MILLONES de niños se han visto privados de su primer y principal derecho por este motivo.
No se puede decir que en la Declaración (en adelante, DDN) y en la Convención de los Derechos del Niño (CDN) éste sea un tema que se trate con ambigüedad:
- “Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida”. Art. 6.1. CDN.
- «El niño necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento«. Preámbulos DDN y CDN.
- “El niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad”. Art. 23. 1. CDN.
- “El niño disfrutará de todos los derechos (…) sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de (…) nacimiento u otra condición”. Principio 1 CDN.
Otro de los extremos a destacar de dichos Tratados es el del papel de los padres y de la familia en todo lo relativo a nuestros hijos, con especial énfasis en el ámbito de la educación. Llevamos años asistiendo con asombro a intentos de menoscabo y exclusión a la institución familiar por parte de nuestros gobernantes (muchos de estos ataques recogidos aquí), en un ejemplo evidente de incumplimiento tanto a la Declaración como a la Convención:
- “La familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades”. Preámbulo CDN.
- “Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres”. Art. 5 CDN.
- “Incumbirá a los padres la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño”. Art. 18 CDN.
- “El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres”. Principio 7 DDN.
- “La educación del niño deberá estar encaminada a inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores”. Art. 29.1.c) CDN.
Vemos necesario recordar estos aspectos, además, porque no observamos un ánimo por parte de la Administración de trabajar para garantizar estos derechos de los niños españoles, hoy pisoteados y atacados, sino que, por el contrario, asistimos con preocupación a una voluntad de ahondar y agravar dichas discriminaciones: más aborto, más erradicación de la patria potestad, menos derechos de los niños en términos de salud, desarrollo e identidad (mal llamada ley trans), etc.
Las familias, con más motivo ahora que antes, hemos de romper el silencio, hablando alto y claro de nuestras responsabilidades y derechos, de la necesaria protección de nuestros hijos, del abandono de las injerencias injustificadas en nuestros hogares e intimidad por parte de los gobiernos de turno y sus ideologías destructivas. En definitiva, hemos de seguir hablando bien de las cosas buenas.
Aquí, en el Foro, tenéis siempre la puerta abierta, fuimos y seguiremos siendo un canal para que esta voz, la voz de las familias que quieren a sus hijos y quieren trabajar por el bien común en libertad, retumbe en todos los rincones de España.
Javier Rodríguez
Director General Foro de la Familia.