La única actitud responsable frente a la enfermedad terminal y el dolor, -incluso en el caso de que el paciente desee la muerte-, es apostar por los cuidados paliativos y una medicina humana, comprometida siempre con el Derecho a la Vida. La única apuesta digna en una sociedad occidental avanzada como la española, es una medicina paliativa de calidad, que incluya una atención personalizada, buenas instalaciones asistenciales y fármacos contra el dolor para llevar dignamente el proceso de enfermedad y del fin de la vida.
Privar voluntariamente a una persona de alimentación o respiración que la mantienen en vida es abrir una puerta a la Eutanasia. Abierta esta puerta ya no hay límites objetivos que permitan mantener un compromiso activo con la vida humana y se da así pie a progresivos abusos, como demuestra la experiencia histórica de todos los países que empezaron a recorrer ese camino.
En efecto, la experiencia histórica demuestra que siempre que se han abierto las puertas a la eutanasia en algún caso, se han acabado extendiendo las prácticas eutanásicas a personas que no pedían la muerte, como acredita tanto la experiencia de la antigüedad como la Alemania de los años 30 o la actual legislación de Bélgica y Holanda. En estos dos últimos países, desde la inicial eutanasia sólo para el enfermo terminal que conscientemente lo pide, se ha pasado en muy pocos años a denuncias sobre aplicación de la eutanasia sin consentimiento del paciente y a la legalización de la denominada “eutanasia del recién nacido”.
Benigno Blanco añade que, “cuando se admite que alguien puede eliminar una vida humana se rompe una barrera y ya no existen límites objetivos que impidan la aplicación de la eutanasia a libre juicio del personal sanitario y médico al que se otorga este poder. Por eso, ante la eutanasia sólo cabe la Tolerancia Cero”.
Aprovechar las circunstancias personales de algún enfermo que llega a expresar su deseo de no seguir viviendo para abrir una puerta a la práctica de la eutanasia, es hacer un flaquísimo favor al compromiso con el Derecho a la Vida de todos y en todas las circunstancias, que tantos esfuerzos y siglos ha costado a la humanidad construir.
El Foro Español de la Familia rechaza la actitud de quienes se aprovechan de las circunstancias personales de una enferma que desea la muerte para abrir en la conciencia colectiva y en la práctica médica una brecha en el compromiso con la vida.
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