Nota de Prensa
“El uso de anticonceptivos es la mayor alteración de nuestro sistema ecológico: la fertilidad humana”
“No tenemos experiencia ni ha habido precedente alguno de uso de productos que alteran de forma habitual -durante un periodo prolongado de la vida de las mujeres- el funcionamiento natural de su organismo”.
“Resulta difícil de entender cómo es posible que en una época en que se supone existe una gran preocupación por la ecología y la conservación natural de los ecosistemas de vida en nuestro planeta, a la vez nos acostumbramos a la modificación artificial y sistemática del cuerpo de las mujeres y hombres y su fertilidad”.
El Foro de la Familia reclama de las autoridades sanitarias una revisión de los riesgos asociados al consumo de anticonceptivos y campañas de información seria sobre los riesgos a las potenciales usuarias y que no ceda a las presiones de la industria farmacéutica para mantener la dispensación de la PDD sin receta médica
Madrid 1 de febrero de 2013.- Las noticias que llegan de Francia y Europa sobre actuaciones de los organismos competentes en materia de medicamentos para revisar, en su caso, la comercialización de los llamados anticonceptivos de última generación y la prohibición de la píldora anticonceptiva Diane 35, son una prudente señal de alarma sobre las eventuales consecuencias dañinas para la salud del consumo masivo de productos anticonceptivos por las mujeres de hoy.
Para Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, “la generalización del uso habitual de anticonceptivos es, en estos momentos, la mayor alteración sistemática y programada de un sistema ecológico en nuestro planeta: la fertilidad humana. No tenemos experiencia ni ha habido precedente alguno de uso de productos que alteran de forma habitual -durante un periodo prolongado de la vida de las mujeres- el funcionamiento natural de su organismo”.
“Además, -prosigue Benigno Blanco- la extensión de la anticoncepción es profundamente antiecológica y está cambiando de manera descontrolada equilibrios básicos de la vida humana con consecuencias hoy día imprevisibles a escala planetaria. Resulta difícil de entender cómo es posible que en una época en que se supone existe una gran preocupación por la ecología y la conservación natural de los ecosistemas de vida en nuestro planeta, a la vez nos acostumbramos a la modificación artificial y sistemática del cuerpo de las mujeres y hombres y su fertilidad”.
Cómo indica el presidente del Foro de la Familia, “cualquiera que lea los prospectos de cualquier producto anticonceptivo, o siga los estudios que se publican habitualmente en las revistas científicas, saben que el uso habitual de estos fármacos aumenta considerablemente el riesgo de ataques cardiacos, de hipertensión, de cáncer de pecho, así como el riesgo de infectarse por el virus del papiloma humano con el consiguiente riesgo de cáncer cervical, entre otros múltiples factores de riesgo descritos en la literatura científica”
“De hecho, por ejemplo, -expone en su explicación Blanco- la recién iniciada investigación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), sobre los anticonceptivos de última generación, es consecuencia del aumento sensible de trombos entre las usuarias de estos anticonceptivos. No es por lo tanto anodino para las salud de las mujeres el consumo habitual de anticonceptivos como resulta profundamente desequilibrador para la ecología humana la renuncia sistemática a la fertilidad con los consiguientes desequilibrios demográficos que ya están produciendo consecuencias dramáticas de tipo económico social en Europa, China y otros países del continente asiático”.
El Foro de la Familia reclama de las autoridades sanitarias una revisión a fondo de los riesgos asociados al consumo de este tipo de fármacos y campañas de información seria sobre los riesgos a las potenciales usuarias. En concreto el Foro de la Familia pide al Ministerio de Sanidad que siga el ejemplo del gobierno francés y de las autoridades sanitarias europeas respecto al Diane 35 y los anticonceptivos de última generación y que no ceda a las presiones de la industria farmacéutica para mantener la dispensación de la PDD sin receta médica.