España espera que los partidos se pongan de acuerdo y puedan formar gobierno. Aterra tener que repetir las elecciones. Los españoles y sus familias queremos saber de verdad, usando el dicho popular, ¨qué hay de lo nuestro”.
¿Se van a tomar medidas que fomenten empleo? ¿Cómo se va a ver afectado el IRPF a aplicar en sus nóminas? ¿Qué medidas se tomarán con el fin de aumentar la tasa de natalidad?
Las familias nos preguntamos si nuestros legisladores, junto con el resto de agentes sociales, serán capaces de encontrar la solución para conseguir una verdadera conciliación familiar, laboral y escolar que permita que los padres pasen más tiempo con sus hijos, de manera que se puedan implicar realmente en su educación y que no se produzcan las escenas diarias de ver a jóvenes matrimonios dejando, o mejor depositando, en guarderías a niños que no llegan al año de edad y recogiéndolos por la tarde, cansados, como si aquellas fueran un apeadero donde pasan los días sus hijos.
Nuestros jóvenes, ilusionados por formar una familia, quieren saber si algún día podrán acceder a una prestación universal por los hijos que pudieran o quisieran tener.
Las familias españolas tenemos interés en saber si vamos a poder llevar a nuestros hijos al colegio que imparta la educación acorde con nuestras convicciones y si vamos a poder mantener ese mismo modelo educativo en caso de traslado por motivos laborales a otra comunidad autónoma.
En el fondo, y aunque les parezca curioso a los dirigentes de los partidos, a los españoles nos interesan las cosas que nos han preocupado siempre desde tiempos inmemoriales y no sus peleas personales, por lo que se desprende de sus declaraciones 72 horas después de haber votado.
Tras dos votaciones en seis meses, los españoles queremos un gobierno y queremos que los políticos, con el espíritu de servicio con el que deben de actuar, antepongan el interés de sus conciudadanos a sus intereses personales y partidistas. No les perdonaríamos tal incapacidad. Que no olviden que el poder es para servir.