Hoy día los padres están demasiado pendientes del whatsapp para ponerse en contacto con el resto de familias de la clase de su hijo, y de esa forma controlar los deberes, las notas y a la vez a los profesores. Esta obsesión, protección, excesivo mimo en relación a los hijos, está haciendo mucho daño a los jóvenes y lógicamente a toda la sociedad. No olvido tampoco los comportamientos agresivos de alumnos, el acoso escolar o bullying y el trato de alumnos y padres hacia los profesores.
¿Son eficaces las medidas que se toman a nivel estatal para erradicar por completo estos comportamientos, dentro y fuera del aula? ¿La sociedad puede ser más exigente ante estos comportamientos anómalos?
No hace tanto tiempo, madres, padres, abuelos, tíos, vecinos, profesores, autoridades eran personas dignas de respeto y atenciones. No hace tanto tiempo era incomprensible hablarle de forma inadecuada y soez a maestros, ancianos, a policías u otras autoridades.
Leyendo una carta que me enviaron sobre la figura del maestro, un padre tuvo una conversación con su hijo de 15 años, que se creía dueño y señor del mundo y por este motivo iba por la vida burlándose de todos e incluso de sus profesores.
El padre lo sentó mirándolo con mucha paz y aprovechando la oportunidad de su evidente falta de valoración de sus maestros, y para dejarle claro lo que sentía profundamente y que creía, que deberían tener todos los padres muy claro, le dijo:
–Verás hijo mío: quiero que sepas una cosa que es muy importante y para mi es de lo más grande que existe: un MAESTRO es una de las personas más grandes de este mundo; yo diría que es la persona que más deberíamos respetar y cuidar; fíjate que para mí, lo más grande que tengo en la vida son mis hijos; tú eres lo que yo más quiero y, por nada del mundo, te dejaría en manos de cualquiera para que te oriente en la vida, te enseñe a ser un hombre de bien, te ayude al conocimiento de la ciencia y de la vida… para mí, el MAESTRO es mi hombre de confianza, con él pasas la mayor parte de tu tiempo y de él va a depender en gran parte tu futuro, que seas una persona interesante, respetable, educada, bien formada, útil para la sociedad….
Más adelante le decía:
El MAESTRO es el formador de los presidentes de los gobiernos, el que prepara para cualquier profesión, él que pone las bases y enrumba a los hombres y mujeres por los caminos de grandeza de la vida. Del trabajo de un MAESTRO dependemos todas las personas que nos encontramos a diario en todas partes, las que nos sirven en los servicios públicos, las que nos atienden en los hospitales… en todas partes.
El MAESTRO es el que organiza la capacidad en nuestra alma para pensar y ser gente de bien, el que ayuda y se solidariza con las grandes causas de la humanidad.
MAESTROS solo pueden serlo unos pocos; eso solo alcanzan a serlo unos cuantos hombres y mujeres que son capaces de llevar una vida de amor, entrega y esfuerzo; que entienden que SERVIR es el acto más grande y honroso de una persona. Por eso, para un padre que ama a sus hijos, como yo te amo a ti, lo más grande que existe en el mundo es el MAESTRO, en cuyas manos dejo el bien más preciado que tengo: MIS HIJOS.
Cuando terminó el padre de hablar, el hijo lo miró sonriente y le contestó: “Tienes razón papá”.
Por D. José Ramón Talero Islán, profesor de Educación Primaria.