A los políticos provida les corresponde hacer patente de forma manifiesta que no han abandonado sus convicciones en esta materia y trabajar en el ámbito de sus responsabilidades para recuperar el compromiso con el fin del aborto en la medida en que esté en sus manos. No nos corresponde a nosotros decir a cada uno como debe hacerlo, pues debemos respetar su libertad para decidir en conciencia qué es lo mejor que pueden hacer, pero deben hacer algo.
Un político provida que se aquietase mansamente por obediencia partidista y comodidad personal a un silencio impuesto por razones incomprensibles, demostraría que para él la vida ya no es importante. La decisión de cómo y cuándo manifestar que sigue apoyando la vida y qué debe hacer para seguir trabajando por ella, le corresponde a cada uno, pero lo que no cabe es ni el silencio ni el abandono de la causa.
A los ciudadanos nos corresponde mantener viva la movilización social a favor de la vida, haciéndola más visible que nunca. Por eso, acudir a la manifestación del 22N no es una opción, es una obligación salvo causas de fuerza mayor. Las fotos e imágenes de la manifestación del 22N deben ser un argumento irrebatible ante la opinión pública española y del mundo, que demuestre que la sociedad española no piensa acostumbrarse al aborto ni va a dejar caer la reivindicación de leyes comprometidas con la vida y la mujer embarazada.
Y después del 22N seguiremos activos.