La ONU declaró el 1 de junio como Día Mundial de las Madres y de los Padres con la intención de reconocer la labor y honrar el trabajo de ambos, destacando el papel crítico de los padres en la educación de los niños, y en que es la familia la que tiene la responsabilidad principal en la alimentación y en la protección de los niños. Los niños deben crecer en un ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y comprensión, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad.
Los objetivos centrales de la Agenda 2010 para el Desarrollo Sostenible se enfocan en el fin de la pobreza, la promoción de una prosperidad económica compartida, el desarrollo social y el bienestar de las sociedades, al tiempo que preservan el medio ambiente. Las familias permanecen en el centro de la vida social asegurando el bienestar de sus miembros, la educación y la adaptación social de los niños y jóvenes, así como el cuidado de los niños, jóvenes y los mayores.
Ahora que está en auge la ecología, cabe preguntarnos el papel que juega la familia al respecto. Ecología significa “conocimiento y cuidado de la casa”, no solo proteger el planeta -casa física común de todos los seres humanos- sino también el ambiente humano óptimo para las personas. En el nº 43 de la revista The Ecologist habla de la Familia, liquidación por defunción: “para la mayoría de los ecólogos que han profundizado en un concepto esencial de la ecología, el respeto por el mundo natural va mucho más allá de proteger los bosques primarios, las ballenas del Ártico y/o el lince ibérico. ¿Cómo reintegrarnos a ese mundo natural si seguimos destruyendo la familia, que es el núcleo ecológico por excelencia de la especie humana? La familia nos conecta con el pasado y nos recuerda que, sin presente, no hay futuro. Sin familias, sólo queda soledad, negocios y tristeza”. “Mientras que la prioridad de nuestra sociedad esté en satisfacer las necesidades de las empresas y del Estado, más que las propias del ser humano, la familia seguirá descomponiéndose hasta prácticamente desaparecer”.
La familia es el grupo social primario, primera estructura fundamental a favor de la ecología humana. Es el lugar en donde nos valoran de forma incondicional por lo que somos y no por lo que hacemos o tenemos. La verdad de la persona humana es que es un ser familiar (cónyuge, madre, padre, hijo/a, hermano/a), una identidad articulada en relación con otras personas. Es en la familia donde las personas reciben las primeras nociones sobre la verdad y el bien, aprenden qué quiere decir amar y ser amado, que quiere decir en concreto ser una persona. El hábitat ecológico personal adecuado para vivir conforme su condición que necesita el ser humano es la familia, donde es valorado incondicionalmente y donde encuentra su sentido de pertenencia más profundo.
Esa labor y el trabajo realizado en familia se debe fundamentalmente a las madres y los padres: ¡bienvenido sea este reconocimiento! y rendir homenaje a las contribuciones que hacen las madres y los padres en todo el mundo, ya que la familia es una realidad universal, sin fronteras políticas o sociales. Son las madres y los padres quienes desempeñan las funciones principales en relación con la crianza, la educación y el desarrollo de los niños, contribuyendo al Bien Común. Por tanto, las Políticas Familiares deberían dirigirse y centrarse en contribuir y apoyar esas funciones familiares que son básicas para el desarrollo y sostenimiento de nuestras sociedades.
Si queremos una sociedad mejor, apoyemos a las madres y los padres, a la Familia.
Inés Llorente
Máster en Familia