Antes de la pandemia decíamos que había que hacer las cosas con sentido común, pero que era el menos común de los sentidos. La humanidad habría ganado en calidad humana y espiritual si conseguimos darle la vuelta al dicho y hacemos del sentido común la base de nuestra vida tanto en los sucesos previstos como en los imprevistos.
Hemos visto que lo políticamente correcto de las normas establecidas, hemos conseguido aparcarlas por un bien mayor: la vida de las personas. Priorizando además por proteger a ancianos, personas con patologías y niños.
Hasta el momento era correcto dar una educación sobreprotectora basada en lo material, la seguridad y el confort incluso en contra del sentido común y a favor de un cariño mal entendido para lograr la felicidad y el bienestar.
Dábamos a los niños todo lo que “yo no tuve” y que te ha llevado a ser como eres. Y por esa forma de cariño lo que quieres que tu hijo sea un “superkid”. En realidad, si realmente estamos orgullosos de cómo somos y de lo que la vida me ha dado, a pesar de lo que la vida hizo conmigo, empeñarme en darle lo que yo no tuve puede no ser lo mejor para nuestro hijo.
Y si realmente no estas orgulloso de ti y la vida que tienes, no creas que por inundarle de todo lo material va a mejor el árbol familiar. Darle cosas sin darte a través de su educación, harás de él una persona que no soportará el fracaso y se frustrará fácilmente aunque lo tenga todo…”lo que tú no tuviste”.
Entonces, ¿Qué debemos hacer cuando todo esto se pase…?
Debemos sacar muchas conclusiones de lo vivido y recuperado en familia
Antes no daba tiempo a convivir. Sin querer las familias se habían acostumbrado a coexistir apoyados en el dinero como solución cuando algo fallaba.
• ¿Si eres de los que has descubierto que tus hijos y tú estáis mejor desde la cuarentena? Antes de salir y desescalar hacia la nueva vida, deberíais comprometeros a dedicar más tiempo a la familia para convivir en vez de coexistir. Hacer un pacto familiar donde todos busquemos más tiempo de calidad para la familia para no perder lo conseguido en este tiempo de trato en común obligado (tertulias y debates, tiempos de ocio aunque sean adolescentes, tiempo para hablar de vuestros sentimientos tanto en grupo como en privado).
• ¿Si eres de los que has conseguido vivir en un desorden material obligado en la casa? Es el momento de renovar tu concepto de orden establecido hasta ahora en la familia. El desorden se arregla ordenando, y ordenar no es algo negativo si no se vive con estrés sino un facilitador de la vida en común. (Organizar el orden de la casa como una tarea común a repartir haciendo turnos sería un buen cambio a mejor).
• ¿Si eres de los que las nuevas tecnologías habían separado a tu familia y ahora has descubierto que las tecnologías también sirven para unir, compartir y ayudar a otros? Es ahora cuando podéis desescalar con un nuevo orden de prioridades en la atención tecnológica. La suma de todos puede ser más que cada uno de los miembros interactuando por separado. Pactar con no volver a evadiros o esconderos a solas en las redes como la mejor manera de “matar el tiempo”.
• ¿Si eres de los que no teníais tiempo nada más que para trabajar y mandar estudiar a vuestros hijos, sin otras alternativas? Cuando salgas de esto reconciliarte con tus hijos y tu tiempo libre y disponible para divertirse juntos. Recuperar como familia el espíritu crítico que os llevará crecer personalmente con las críticas sanas de los tuyos.
• ¿Si eres de los que has pasado miedo durante la cuarentena, ya sea por salud como por motivos económicos laborales? Es el momento de poner en marcha tu creatividad emocional y dejar de sobreinformate, para empezar a empoderarte sobre tus posibilidades reales junto a los tuyos.
• Si eres de los que tienes hijos adolescentes malos estudiantes, motívales para que vean que es su momento de recuperar el tiempo perdido y su autoestima gracias a tu apoyo incondicional y emocional porque para tu hijo si sirve el “si quieres puedes” y aquí estaré para acompañarte hasta donde sé que eres capaz de llegar.
• ¿Si eres de los que antes tu vida familiar y tus hijos era una vida dentro de una ambulancia porque todo era urgente o peligroso? Ha llegado el momento de cambiar el chip y enseñar a tus hijos que te equivocaste porque has visto que no todo era tan urgente como creías ni todo es accesorio como ellos creían. Y que lo importante es saber diferenciar dónde esta lo importante en cada situación y como responder proporcionadamente ante las cosas. Siendo más importante las personas que las cosas a partir de ahora.
• Si habéis pasado por sentir tristeza al haber perdido algo o a alguien, a partir de ahora no olvidarnos de que la pena se supera enseñando a tus hijos a compensarse con las alegrías que también nos da la vida.
• Si has sentido miedo por motivos serios, hoy más que nunca ser creativos frente a la adversidad, hará de nosotros una familia globalmente más resilente.
No todo el mundo nace dotado de habilidades humanas como la empatía, la asertividad y la resiliencia, pero sí que todo el mundo puede desarrollar habilidades que nos favorezcan ante la adversidad.
Con una actitud positiva, todo aquello con lo que no naces puedes terminar haciéndote.
Desescalar con sentido común en la familia, es la mejor normativa que podemos ir aplicando desde antes de salir al mundo.
Sara Pérez-Tomé
CEO Gabinete Sophya
Gestora de conflictos y terapeuta familiar y matrimonial
www.sophya.es