«La puesta en marcha hoy del Plan VECA es una buena noticia para las familias más necesitadas, que permitirá a sus hijos hacer tres comidas al día en verano. Sin embargo, atajar la pobreza familiar requiere un compromiso poderoso con esta institución y medidas estructurales», señala García-Juliá.
Para el Foro, «lo primero es asumir, y decirlo claramente, que esos niños en situación de pobreza y exclusión provienen de familias en situación de pobreza y exclusión. El lenguaje es muy importante, y la palabra ‘familia’ parece tabú. Estamos en el ‘todo para las familias pero sin las familias’. Para resolver un tema tan importante es necesario hablar claro para afrontar el fondo del problema. Un niño no es pobre salvo que sus padres lo sean, y harán lo que sea para combatir esa situación».
Por lo tanto, «debemos hablar sin tapujos de pobreza familiar, y atender a la realidad actual de esta institución para poder corregir estas desigualdades«, insiste el presidente. «Hoy en día, la paternidad y la maternidad son una de las principales causas de pobreza en este país, a la vez que los nacimientos siguen hundiéndose. Las personas no quieren ser pobres y ven que los hijos le abocan a ello, por lo que se completa este círculo vicioso«. Además, «según la OSCE, el divorcio es la principal causa de pobreza femenina, por lo que trabajar en la estabilidad de la pareja, promoviendo la orientación familiar frente al divorcio también es un frente a tener en cuenta«.
«Necesitamos una Ley Integral de Familia que afronte la realidad de la familia en el siglo XXI. Que reconozca su importancia en la sociedad, la refuerce y establezca las inversiones -que no ayudas- que garanticen a las parejas jóvenes el poder tener hijos sin caer en la pobreza y se iguale a todas las familias españolas para que puedan vivir igual en cualquier parte del territorio nacional, sin discriminaciones por vivir en Asturias o Murcia.