La esperanza abortada
Muchos ciudadanos españoles, por no decir la mayoría, confiábamos en ello. Pero ahora, una vez más, nos ha fallado. Pusimos nuestro voto de esperanza en el Partido Popular creyendo que de una vez por todas, ese latido de tan solo 3 semanas podría oírse y ver como crecía en una persona excepcional y única, como cada uno de nosotros. Lo que anunció el gobierno del PP era lo más justo, y explicaré porqué:
El articulo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Y el articulo 10 de la Constitución Española (1978) que: “Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretaran de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos […]”. Estos artículos muestran claramente que todo individuo tiene derecho a la vida, sin excepción alguna.
Por mi edad, me encuentro en la etapa de la adolescencia y por lo tanto carezco de formación suficiente para entender algunos conceptos, lo que a mi parecer, es normal; pero lo que no lo es tanto es que personas de madurez ya alcanzada (como lo son los políticos) aun permitan que el fenómeno proabortista siga en vigor. No sé si, como dicen mis profesores a veces, “es por falta de comprensión en la lectura”, o simplemente porque nadie les ha explicado que para elaborar una ley esta tiene que estar de acuerdo a la Constitución, que a su vez está en conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Día a día avanzamos en nuestro mundo a nivel científico, informático, literario; pero parece que damos marcha atrás como seres humanos, y que cada vez se están perdiendo más valores que deberían importar a toda persona. Como puede alguien pensar que matar a un ser de tan solo 14 semanas, aun en el vientre materno, es algo normal o simplemente irrelevante? Como hemos llegado a tal extremo de egoísmo creyendo que abortar es lo mejor en muchísimos casos?
Yo tengo tan solo 15, y cada día me levanto con ese soplo de esperanza que recorre mi interior deseando que algún día desaparezca esa necesidad egoista de querer vivir sin preocupaciones y mejor pensando que la solución correcta es acabar con niños que ni siquiera podrán tener una oportunidad en esta vida que Dios nos ha dado para que todos podamos disfrutarla.
Espero que mis hijos, los hijos de mis hijos, y los hijos de los hijos de mis hijos nazcan en un mundo, o por lo menos en un país, que no fuercen a las mujer a abortar, que ofrezcan ayudas a éstas, que la gente entienda que un niño con enfermedad congénita no es un problema sino una alegría, y que el milagro más ingente y preciado es el de la vida. Y si piensan que un ser humano de tan solo 3, 7, 5 o 14 semanas de vida en el vientre materno puede llegar a perjudicar a alguien, se equivocan y cometen un grave error.
Patricia Polo, 16 años.