El invierno ya está aquí. Y no me refiero a la nieve que ha llegado a España esta semana, sino al invierno demográfico. Éste no ha llegado repentinamente, como el temporal; desde hace años el número de nacimientos en España disminuye progresivamente, a la vez que aumenta la recuperación económica y el número de afiliados a la Seguridad Social. Es decir, el motivo de este descenso está más relacionado con los valores de la sociedad y la percepción existente de la maternidad que con motivos de pobreza.
Tener hijos no está de moda, es evidente. La maternidad y la familia no son valores que estén al alza en nuestra sociedad, más bien lo contrario: se están fomentando y promoviendo en todos los ámbitos ataques contra esta institución. Son tendencia -que dicen los modernos- la juventud sin responsabilidades, el carpe diem de la satisfacción inmediata y egoísta, el rechazo al compromiso, el acumular para gastar y el gastar para uno mismo. El si me apetece por qué no, el fundamentar las decisiones en el placer a corto plazo que experimentaremos nosotros mismos al tomarlas… Y ahora nos quejamos del frío.
El calor del hogar familiar es lo único que puede alejar el frío de la despoblación. Necesitamos nacimientos, necesitamos familias. No sólo por las pensiones o por criterios socioeconómicos, sino para volver a vivir en una sociedad fuerte, responsable, humana, solidaria, amable y generosa… Para eso tenemos que conseguir cambiar la percepción social de la maternidad y de la familia.
Vemos cómo se promulgan leyes con artículos cuya finalidad es dar visibilidad a estereotipos positivos sobre la cuestión de turno, dirigidos específicamente a medios de comunicación, colegios, universidades, empresas privadas, Administración, etc. Pedimos exactamente lo mismo para la maternidad, para las familias.
Dar visibilidad a estereotipos positivos no significa caer en los tópicos de La Casa de la Pradera, basta con reflejar la realidad tal cual es: con risas, llantos, alegrías, carreras, peleas, gritos, cantos… pero compartidos, socializados. VIDA y vida plena, entregada, y no escondida de puertas para dentro para que no nos la roben. La familia como lugar de encuentro, de felicidad.
Por eso desde el Foro tenemos ánimo de liderar un acuerdo entre gobierno, partidos políticos, patronales, sindicatos, medios de comunicación y asociaciones sociales para establecer un pacto integral con el fin de fomentar la natalidad.
Todos, cada uno desde nuestra posición y en nuestro entorno, tenemos la obligación de hablar bien de las cosas buenas. La familia es una de ellas. Por el bien de todos, hablemos bien de la familia, mucho y a muchos.
Javier Rodríguez-R
Director General del Foro de la Familia