Mucho se está hablando en las últimas semanas sobre la nueva ley “trans”, que pretende resolver un problema que no existía hasta que llegaron los que la han perpetrado con soluciones que no resuelven nada y provocan más dolor.
Ya se han manifestado psiquiatras, psicólogos, profesores, padres… a nadie ha dejado indiferente esta ley que quieren imponer y que conseguirá que muchos de nuestros adolescentes menores de edad tomen decisiones irreversibles de espaldas a sus familias.
Para no repetir argumentaciones ya oídas, lo que haremos aquí es, simplemente, contar palabras en el texto del Proyecto de Ley y veremos lo que arrojan esos números:
Sexo (y sus derivados): 466 veces.
Padre: 15 veces
Madre: 22 veces
Familia: 76
Empecemos por la última: de las 76 veces que aparece en el texto la palabra “familia”, el 60% es para hablar de “diversidad familiar (¿?)” y “familias LGTBI”. El 40% restante habla de “violencia intrafamiliar” y sus derivados. Por lo visto, no hay familias normales, sin violencia y sin “diversidades diversas”.
La palabra “padre” nunca tiene una connotación positiva. Siempre se usa añadiendo “progenitor no gestante” y en múltiples ocasiones sustituyendo la una por la otra. Lo mismo ocurre con “madre”; se une sistemáticamente a “progenitor gestante”, que además de ser un eufemismo innecesario, atenta contra la economía del lenguaje y resulta de una cursilería llamativa.
Y por fin, las 466 referencias al sexo y sus derivados. No hay comentarios. Simplemente hay que decir que los redactores de este proyecto de ley no pueden disimular que tienen un problema con la sexualidad y con el sexo. Una verdadera obsesión por regular aquello que viene dado por la naturaleza y pertenece al ámbito más íntimo y privado de la persona.
Y ahora que disimulen y que nos digan que quieren “proteger” a las personas “trans”. No quieren proteger a nadie, lo que quieren es trasladar a toda la sociedad su “obsexión” en lugar de buscar un buen especialista que les ayude a superar su dolencia.
Mucho daño afectivo les han tenido que hacer a los redactores del PDL para que tengan esa visión tan sesgado y agresiva de las relaciones naturales entre hombre y mujer.
Ignacio Garcia-Juliá – Presidente del foro de la Familia