Un puñado de personas puede cambiar el rumbo de todo un país. Para bien o para mal. Así ha ocurrido en Argentina, donde un puñado de personas hizo presión para introducir en este país la cultura de la muerte y para imponer a los menores la crisis identitaria como contenido educativo obligatorio, pero otro puñado de personas, madres y padres preocupados por dejar a sus hijos una sociedad libre y humana, lo ha impedido con éxito.
Bravo, Argentina.
#SalvemosLasDosVidas ha tumbado la cultura de la muerte, y #ConMisHijosNoTeMetas ha hecho lo propio con la imposición ideológica a menores.
Desde España os miramos orgullosos. Habéis demostrado al mundo que la bola de nieve rueda y crece hasta que se le ofrece resistencia. Y habéis resistido firmes y valientes, con argumentos y con la libertad por bandera, frente a los ataques de quienes deseaban etiquetaros para desprestigiar vuestra noble causa.
En España necesitamos como el agua ejemplos como el que nos habéis regalado, el de que la sociedad civil, las familias, son más fuertes que los lobbies. Más fuertes que los partidos políticos. Las familias son más fuertes que el individuo desarraigado y autoconstruido que nos intentan imponer. Pero a veces no lo sabemos, a veces no nos damos cuenta de que juntas, las familias podemos construir sociedades más humanas, libres, justas y comprometidas.
Os estamos enormemente agradecidos. En España tomamos nota y, gracias a vosotros, esperamos poder frenar del mismo modo la misma bola de nieve. Porque es la misma.
La misma que vestida de nuevos valores y derechos intenta desproteger a los más débiles para promover la irresponsabilidad y la destrucción de lo humano. La misma que disfrazada de diversidad y tolerancia intenta arrebatarnos a los padres nuestro principal papel en la educación de nuestros hijos para imponerles un modelo de dignidad basada en sentimientos y preferencias en lugar de en realidades objetivas e intrínsecas a la persona.
El puñado de personas alimentando esa bola ya lo tenemos en España. Ahora sólo falta el que esté dispuesto a frenarla.
Gracias, Argentina.