Cuando hablamos de conciliación, no podemos olvidar que estamos hablando también de productividad empresarial. La empresa tomará medidas que faciliten y apoyen la conciliación del trabajo con la propia familia siempre y cuando el resultado de aplicar estas medidas se traduzca en una mayor productividad.
Por tanto, está bien recordar que todas estas medidas que pedimos a las empresas han de ser no sólo viables sino también sostenibles en el tiempo.
Sucede entonces que, para que sigamos avanzando en la conciliación por parte de la empresa, se hace necesario un alto grado de liderazgo por parte de los directivos que dé lugar a una buena comunicación con el trabajador teniendo como base la responsabilidad de ambos.
Es evidente que para avanzar en organizaciones inteligentes con trabajadores responsables, es fundamental ir asentando cada vez más una cultura que posibilite de forma natural la conciliación del trabajo con la familia. Sin estos dos pilares: Liderazgo-dirección y trabajador-responsabilidad es imposible avanzar a paso ligero.
Al otro lado de la conciliación, tenemos la familia. No se puede ser simplista y reducir la conciliación a un problema exclusivo de las mujeres. El verdadero equilibrio entre la vida familiar y laboral nunca será una realidad si no lo identificamos con la corresponsabilidad entre los miembro de la pareja y la familia en general. Hay que reconocer que la políticas de conciliación no atañen solamente a las mujeres sino a la sociedad en su conjunto; si todos nos sentimos corresponsables estaremos ayudando a construir una sociedad más cohesionada y más humana.
Por todas estas razones y otras muchas no apuntadas aquí, cada vez, en mayor medida, la conciliación se está convirtiendo en un problema de Estado.
Las devastadoras consecuencias que está produciendo en nuestra sociedad la ausencia o deficiente equilibrio entre familia y trabajo, nos lleva a plantear la necesidad de resolver el problema entre todos. Y aunque la falta de conciliación es principalmente un problema personal, es también social.
Desde el Foro de la Familia queremos apuntar que conciliar la vida familiar y la profesional no se reduce exclusivamente a tener horarios escolares más amplios, mas actividades extraescolares, o mejores y mayores ofertas de campamentos de verano, cuya única finalidad parece ser que los padres y madres dediquen más horas a sus trabajos mientras los hijos son cuidados y educados por terceras personas.
Animamos a todas las familias a realizar una profunda revisión de sus vidas y familias. Si centramos toda nuestra vida en el ámbito profesional y empresarial, es evidente que nuestra familia pasará inexcusablemente a un segundo plano y con ello, la pareja y los hijos. Por desgracia, esto está ocasionando mucho dolor y terribles consecuencias. Es fundamental diseñar, proyectar y construir un verdadero equilibrio en el uso del tiempo laboral-familiar-personal.