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Los datos del aborto de 2018, con 95.917 inocentes masacrados, hacen que hoy, viernes, sea un auténtico ‘Black Friday’, un viernes negro.
En una popular plataforma de televisión de pago, están emitiendo una serie cuyo nombre es The Man in the High Castle. Se trata de una ucronía que plantea el estado del mundo si la II Guerra Mundial hubiera sido ganada por las potencias del Eje. Los hechos se desarrollan en EEUU, que se encuentran divididos en zonas bajo el dominio de las naciones vencedoras.
En un episodio, uno de los protagonistas va circulando por una carretera secundaria y tiene una avería en una rueda cuando está próximo a la ciudad. Al poco se detiene un coche de policía y se ofrece a ayudarle. Cuando han cambiado la rueda entre los dos, todo con un tono cordial y amable, el policía le pide la documentación, propia y del coche. Mientras que inspecciona la documentación, empieza a caer del cielo una especie de lluvia suave de cenizas. El conductor se extraña del fenómeno -no parece que haya ningún volcán cercano-, y pregunta al policía. Sin dar mucha importancia a la pregunta, y mientras sigue inspeccionando la documentación, contesta: «Hoy es viernes, los viernes el Hospital de la ciudad incinera a los desahuciados y tullidos para hacer sitio a otros pacientes que son válidos». Y sigue la serie como si tal cosa. No hay asombro ni perplejidad; simplemente, es viernes.
Hoy es viernes. Ayer nos cayó encima una lluvia de cenizas en forma de “estadísticas sobre el aborto en 2018”. “Algunos hombres buenos” se asombran de los números, difunden, protestan, claman y luchan; pero hay una mayoría indiferente que se ha acostumbrado a las cenizas y ya ni siquiera las ven.
Pero estas estadísticas, lo mismo que las cenizas, manchan. Y manchan a todos, comprometidos o indiferentes. Toda nuestra sociedad se encuentra cubierta de cenizas que desdibujan los rasgos de la dignidad humana y hace que ya no se aprecien los detalles que antes nos hacían ver que toda persona tiene un valor y una dignidad que son únicas e irrepetibles, haya nacido o esté en el vientre de su madre.
Hay que sacudirse las cenizas y hacer ver a los demás que están manchados. Hay que descubrir la belleza del ser humano que hoy está oculta bajo una capa de indiferencia propiciada por leyes inicuas.
Luchemos contra la indiferencia. Denunciemos “a tiempo y a destiempo” las cenizas.
Hoy es viernes. Un viernes negro. Un verdadero “Black Friday”.