María Pilar lleva trabajando desde los 19 años. Se siente una mujer realizada, sobre todo con su marido y sus 4 hijos, y siempre ha luchado para conciliar, incluso ha tenido tiempo para ser concejal de su Teruel durante una legislatura. Todo ello, «siendo mujer y femenina, que es lo que he hecho en todos los momentos de mi vida».
«Es una láśtima, porque se nos está vendiendo una mujer que es en realidad un hombre. Y es horrible, porque si para tener éxito tenemos que ser como un hombre, perdemos a una fantáśtica mujer», analiza Pilar. Por eso, «yo me siento femenina, no feminista. Yo sí que creo en la mujer tal y como es, con sus características propias que nos diferencian y hacen complementarias de los hombres».
Por ejemplo, «ser mujer me ha permitido, entre otras cosas, ser madre, para mí lo mejor de mi vida. Y siendo madre de dos chicos y dos chicas he comprobado que los hombres y las mujeres somos diferentes y complementarios, no rivales».
La idea de la realización de la mujer únicamente en el trabajo se le cayó pronto: «Mi madre enviudó muy pronto y tuvo que trabajar como una mula para sacarnos adelante, y lo consiguió con la ayuda de mis tíos y abuelos, es decir, de la familia».
Ahora mismo, «me siento realizada, sobre todo en el aspecto de la maternidad, y me apena que a las jóvenes se les esté vendiendo media mujer o un hombre directamente. Si la mujer triunfa convirtiéńdose en hombre, la humanidad habrá fracasado».