A estas alturas, Irene Villa no necesita presentación. Periodista, escritoria, psicóloga, deportista… y madre. Su misma vida es un manual de superación y lucha por desafiar los límites. Un ejemplo de que las mujeres no tienen techos de cristal que se les resistan. Ahora mismo, el reto a superar es la corresponsabilidad en todos los ámbitos de la vida, y comenzando desde la educación a los más pequeños.
«Ambos sexos tenemos tanto que aportar que no tiene sentido que sigan existiendo brechas. Es una situación que requiere de todos. De las empresas, que apuesten y fomenten la corresponsabilidad, pero, y sobre todo, de la educación, de que los hombres se den cuenta de que los hijos les necesitan a ellos igual que a sus madres», señala.
Para Irene, el 8 de marzo «se supone que es el momento por excelencia para ensalzar a la mujer y el maravilloso e increíble potencial que todas tenemos. Pero, en realidad, lo que buscamos, lo que necesitamos es algo más universal y con beneficios no sólo para nosotras, sino para toda la humanidad».
«Las mujeres hemos reclamado desde hace siglos algo tan sencillo, básico y vital como igualdad, justicia, paz y desarrollo. Por fin, sentimos el apoyo cada vez más unánime a la igualdad de oportunidades, aunque el techo de cristal sigue estando ahí».
Conocedora en primer persona de los horrores de la violencia del ser humano, «me sobrecoge el hecho de que no hayamos sido capaces de acabar con la violencia machista, que ejercen quienes no toleran ni consienten esta justa igualdad».
Desde luego, ella no se callará ni cejará en su esfuerzo. Para que sus tres hijos sean felices y corresponsables cuando crezcan.