Una relación será más fuerte cuanto más sincera sea.
Hay que tener en cuenta que para que alguien se entregue, no se deben poner barreras. La barrera más común es el prejuicio, el dar por hecho algo de alguien sin saber si es cierto y sin dar la oportunidad de demostrarlo. En toda relación es primordial dejar que la otra persona sea como es y disfrutar de ello.
El noviazgo no compromete para toda la vida, es un momento, más o menos largo, en el que se conoce a la otra persona y, si todo acaba encajando, puede convertirse en algo muy importante.
No hay que tomárselo con prisa.
Algunos consejos que facilitan la tarea de conocer a esa persona especial de manera más transparente:
- Al principio es normal que haya situaciones que nos resulten vergonzosas o que nos frenen para hablar, por ejemplo, para contar ciertas cosas del pasado o de nuestra familia. Es preferible, como dice el dicho, ponerse una vez rojo que ciento amarillo y empezar con mal pie ocultando cosas. De esa manera él o ella podrán ver qué situaciones nos provocan timidez.
- No es necesario que ya el primer día te abras a la otra persona revelando toda tu esencia. Eso requiere antes una confianza que vendrá dada por el trato y el tiempo compartido el uno con el otro.
- Crear un ambiente cálido donde el otro se sienta cómodo para abrirse es fundamental. La otra persona debe notar tu interés por saber de él o ella. Es bueno preguntar y crear diálogos. El lugar también ayuda, en una discoteca o por whatsapp es más difícil interaccionar.
- ¡Qué peligro tiene la indiscreción! Hay ciertos datos que deben salir de uno mismo; hay personas más reservadas que otras así como partes de la intimidad de una persona que es mejor no tocar, pues no pueden pertenecer a nadie más, ni siquiera a ti. De esta manera, evita controlarlo todo, no fuerces nunca a alguien a actuar como tú actuarías, debe haber un espacio inviolable.
- Nunca se pueden utilizar, en forma de reproche o acusación, intimidades de la otra persona que te haya confiado. Tampoco puede darse el que se lo cuentes a nadie, ni siquiera a tus amistades más cercanas. Respeta esa confianza.
- Para conocer a alguien no debes juzgar, debes comprender y empatizar. Es clave que la otra persona no se sienta oprimida por tus opiniones.