Durante estas difíciles semanas, la familia ha sido el colchón y soporte de millones de personas en todo el mundo. Se han buscado fórmulas para sobrellevar el confinamiento, especialmente los que tienen niños, hablado, animado, llorado, reído, todo juntos. Ahora que la permanencia en el hogar se alarga y los despidos se aceleran, es el momento de protegerla a ella.
En nuestras medidas de política familia ya incluíamos como fundamental la especial protección de las personas con hijos en caso de despidos o ERE. Una propuesta mucho más necesaria y de rabiosa actualidad en estos momentos tan difíciles.
Es el momento de la solidaridad. La misma que la familia está teniendo en el cuidado de los menores o mayores en el hogar, la que demuestran los sanitarios jugándose la vida… Es el momento de pensar en los que más lo necesitan, en los que tienen menores a su cargo, y el número de estos.
Muchas empresas se han sumado a la lucha contra el coronavirus donando material, o dinero para adquirir este. Iniciativas muy loables y aplaudidas. Sin embargo, pedimos a los empresarios que recuerden que, en estos momentos, las mejores acciones de Responsabilidad Social Corporativa son mantener en la medida de la posible el sueldo de la mayor parte de las plantillas. Quizás tenga menos impacto en los medios, pero mucho mayor en el corazón y en la realidad de los trabajadores y sus familias.
Hay municipios, como Boadilla del Monte en Madrid, que ya están presentando, además, medidas de apoyo a las familias, como rebajas del IBI, por la manutención de menores de 3 años, becas para adquisición de libros y material escolar de cara al próximo curso…
Esperemos que se tenga en cuenta a la familia y tomemos ejemplo de quienes hacen el bien.