Por que no podemos permanecer impasibles ante las nuevas imposiciones ideológicas contra la vida.
Por que los niños en el vientre materno y nuestros ancianos y enfermos necesitan que alguien los defienda: nosotros somos su voz.
Por que nadie puede impedir que se informe y ayude a las mujeres que se encuentran solas ante un embarazo inesperado.
Por que nadie está legitimado para decidir sobre la muerte de un inocente.
Por que hay enfermos incurables, pero no hay enfermos «incuidables».
Por que esta sociedad envejecida necesita la sonrisa de los niños.
Por que no podemos esperar que otros actúen por nosotros: cada uno de nosotros es indispensable.
Por que la espiral de la muerte no tiene fin si no interponemos la barrera de la vida.
Por que, si no es ahora, ¿cuándo?, si no eres tú, ¿quién?
Por que somos más.