El think tank internacional con sede en Londres, Home Renaissance Foundation, ha reunido en este Communication Project a psiquiatras, ingenieros, académicos, profesores y padres para analizar el impacto de la tecnología en los hogares. Testimonios de personas de todo el mundo que nos animan a parar y reflexionar acerca de si este es el camino que queremos seguir o si la velocidad supersónica del desarrollo tecnológico ha anulado nuestra capacidad crítica y solo somos capaces de ver las ventajas que nos trae, olvidando los riesgos existentes.
El hogar digital puede poner en riesgo algunos de sus valores intrínsecos fundamentales como son la privacidad, la seguridad, la estabilidad, el confort, el cuidado. Y esto sería un contrasentido. Nos veríamos dueños y usuarios de un edificio con un alto nivel de robotización, pero donde lo que hace hogar no existiese. El comportamiento humano, con sus fallos, despistes, olvidos, o las relaciones entre familiares se están viendo impactados por esos avances tecnológicos que se han diseñado para servirnos. Las preguntas serían: ¿es un hogar “empoderado” por la IA realmente un “hogar dulce hogar”, o simplemente una casa inteligente?¿El impacto está resultando positivo o negativo?
No consiste en alarmar, sino en actuar dando los pasos adecuados. Ya sabemos que la tecnología no es buena ni mala por sí misma, todo depende del uso que hagamos de ella y también de la responsabilidad que asuman los desarrolladores. Precisamente, Marta Sánchez, Global Head of Retail Digitalisation and Distribution en Vodafone UK, explica en este informe, que en su compañía han tratado de enfrentarse a los desafíos que esta rápida evolución ofrece, poniendo a la persona, al usuario, en el centro de sus objetivos. Y afirma que son muy conscientes de la importancia de hacer este camino juntos, compartiendo el reto con la sociedad.
Todos somos capaces de valorar los beneficios que la tecnología nos ha traído, también somos capaces de ver los cambios que se están produciendo en nuestra forma de relacionarnos, de trabajar, de comunicarnos, incluso en nuestra forma de gestionar nuestros hogares. Lo que tenemos que lograr, y es una labor personal que la comunidad debe apoyar ofreciendo herramientas a las familias, es desarrollar una habilidad eficaz para no aceptar o caer en todo lo que se nos da y distinguir el grano de la paja. Para eso, como dice el psiquiatra Enrique Rojas, se necesita madurez.
Estos y otros muchos testimonios más los podéis encontrar en este link que ha compartido con nosotros el think tank Home RenaissanceFoundation.