En el mundo de lo políticamente correcto y el buenismo manifiesto, valores como la tolerancia, la convivencia y la libertad, se utilizan y retuercen para acabar con la Libertad real y los derechos de los ciudadanos.
El mecanismo es maquivélicamente sencillo y súmamente eficaz, Tanto, que no lo han variado desde hace años. Un colectivo, en aras de la no discriminación, la convivencia, el respeto y la tolerancia acude, de la mano de la autoridad educativa correspondiente, a las aulas para enseñar a los menores valores tan fundamentales y necesarios. ¿Quién puede ser tan malvado para oponerse a que sus hijos reciban estas enseñanzas?
Por supuesto, ya que están allí, pues hablan de educación afectivo sexual, de ideología de género… Porque, por supuesto, estas charlas las da en exclusiva un colectivo LGTBI que enseñará a los niños que lo que digan sus padres no significa nada frente a lo que ellos sientan o consideren. Pero, como decimos, inocular la ideología de género a los hijos SIN consentimiento -ni siquiera conocimiento- de los padres, es fundamental para que nuestros vástagos sean buenas personas, tolerantes y respetuosas.
Si alguien levanta la voz para recordar que la Constitución española y la jurisprudencia del Tribunal Supremo avalan que los garantes del derecho a la Educación son los padres, y que son ellos los responsables exclusivos de educar en valores a su prole, te conviertes automáticamente en homófobo, transfobo… y todo lo que pueda acabar en fobo. Eres un monstruo que odia al resto del mundo y que debe ser odiado y eliminado por la sociedad porque eres malvado.
Tampoco cabe incidir en que la tolerancia se aplica a todas las personas, no a todas las ideas por el mero hecho de serlo. Hay ideas que no son tolerables, y la historia está llena de ellas. El Bien se busca, se ama; el error se combate. El problema actual es que han conseguido que se confunda la idea con la persona. Al que disiente de la ideología se le acusa acusa de agredir a la persona. Convertir la sana discrepancia, el debate -pilares de la democracia- en agresiones es algo muy grave y que nos costará caro si no rompemos este círculo vicioso.
Como hemos dicho, el juego es muy viejo. No confundan. Cuando se reclama el derecho de los padres a educar en conciencia a sus hijos, estamos pidiendo eso, no que se odie a nadie. Respetamos tanto a los que piensan diferente que hemos ofrecido dar charlas voluntarias a los padres sobre sexualidad para no entrar en las aulas y adoctrinar a los hijos de quienes tienen otra visión. El Respeto, la Tolerancia, la Libertad son valores fundamentales para cualquier sociedad. La sexualidad es algo muy íntimo y personal. No confundan.