En la nueva cinta de los galápagos, la reportera televisiva April O’Neil se resiste a que le encarguen repetidamente temas de poco calado, y se imagina a sí misma destapando grandes historias. Le llegará una oportunidad de oro cuando descubre que cuatro tortugas mutantes dirigidas por su maestro rata le plantan cara al Clan del Pie, que bajo la dirección del maquiavélico Shredder, siembran el terror en Nueva York. Además, estos héroes están relacionados con el pasado de la periodista.
Ofrece al público, sobre todo al infantil, lo que se espera de las Tortugas Ninja, mucha acción, bromas, y referencias a la cultura popular, por ejemplo a las películas La guerra de las galaxias, y sobre todo al Superman de 1978, que parece haber servido de inspiración, por la relación entre la periodista y los superhéroes, y sus localizaciones en las alturas de los rascacielos, o en las cloacas junto al metro.
Dirige Jonathan Liebesman, que como en sus cintas Invasión a la Tierra e Ira de titanes parece únicamente atento a los avanzados efectos, gracias a los cuáles las criaturas dejan completamente desfasadas a sus anteriores encarnaciones fílmicas, donde eran muñecos de la factoría de Jim Henson. Las Tortugas Ninja resultan esta vez más creíbles que nunca. Se explica claramente el éxito de la cinta, por encima de las previsiones más optimistas.
Sin embargo, se echa de menos un guión más elaborado (¿por qué April O’Neil se deja despedir cuando tiene una foto que demuestra la existencia de las tortugas mutantes?) y con algo más de calado, y unos personajes más carismáticos (¿alguien encuentra al salir de la proyección algún rasgo distintivo de Leonardo, Donatello, Rafael y Michelangelo?). Asímismo, Megan Fox, procedente de los Transformers –también de Bay–, resulta tan explosiva como limitada en su interpretación, lo que supone un lastre teniendo en cuenta que es el único personaje humano con peso. En el plano interpretativo se salva el prolífico actor de carácter William Fichtner (Crash), ideal para su personaje, un magnate dudoso. Una curiosidad: por si el nivel educativo actual ha descendido, se recuerda en el film que los nombres de las tortugas corresponden a artistas italianos del Renacimiento.