Los medios de comunicación y la mayoría de los políticos, para generar audiencia -los primeros- o para obtener rédito electoral -los segundos-, recurren con frecuencia a poner como ejemplos hipotéticos casos muy singulares para, de ellos, intentar extraer una regla general. Menos mal que la realidad no es así. En el drama del aborto, de hecho, sus partidarios ideológicos suelen poner como ejemplo el caso de la violación y, en España, de los 100.000 abortos provocados anualmente, esos casos suponen menos del 0,01%.
Hace unos días, un periodista radiofónico preguntó en directo a la presidenta de la Comunidad de Madrid por uno de estos ejemplos hipotéticos, el de una imaginaria madre embarazada menor de edad cuyos padres no le animasen a abortar, en el caso de que esta misma madre menor de edad imaginaria quisiese abortar. No obstante, es cierto que la nueva ley permitirá que este caso concreto, el de la eliminación de la patria potestad de forma ideológicamente selectiva, pueda tener lugar.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, en el uso de la libertad de opinión y de expresión propia de una sociedad pluralista y diversa para según qué derechos fundamentales, respondió al periodista afirmando que la niña hipotética del caso hipotético «tiene que abortar».
Desde el Foro de la Familia recordamos que juzgar a las personas es un ejemplo de discriminación, cosa que no ocurre con los actos libres o las opiniones (opinables, por definición). El aborto consiste en eliminar una vida humana, se disfrace como se disfrace, y más allá de hipotéticos casos singulares y trágicos, más allá de cualquier sentimentalismo. Es un acto que implica acabar con una vida humana. Nosotros defendemos y defenderemos siempre el derecho a la vida, primer y más importante derecho, sin el cual no existirá ningún otro.
“Me he dado cuenta de que todos los que defienden el aborto, de hecho, han nacido”, decía el expresidente estadounidense Ronald Reagan. Es así, nadie podría defender el aborto si no hubiese nacido antes. La ciencia, la Biología, la Antropología, la Medicina y el sentido común están por encima de cualquier ideología infundada, como lo es la abortista.
El gobierno español actual evidencia que pretende morir matando, promoviendo el mal común. Nosotros estaremos siempre al lado del respeto a la vida, del progreso, de las madres embarazadas que se encuentren con cualquier tipo de problema durante su embarazo -y después del mismo-. Sin juzgarlas a ellas ni a quienes les intentan empujar hacia una vida marcada por la herida del aborto.
Ojalá que los esfuerzos empleados en promover el aborto se empleasen en ayudar a esas madres, en lograr una sociedad donde nadie fuese discriminado (el aborto es discriminación en función de la etapa de desarrollo vital), en apostar por una sexualidad responsable y respetuosa con la dignidad humana, en promover el bien común. Otro gallo cantaría.
Javier Rodriguez
Director Foro de la Familia