Desde el Foro de la Familia se insiste en la urgencia de conciliar vida familiar y laboral para mejorar la educación de nuestros hijos y conseguir más y mejor tiempo de convivencia familiar. Es necesario que los padres reclamemos y recuperemos los espacios irrenunciables de nuestros hogares.
Hoy las familias se encuentran al servicio de los trabajos y es necesario dar a la familia la importancia que merece. Es fundamental que se respeten los tiempos de la familia: tiempos de ocio, tiempos de juego, de descanso, tiempos de hacer deberes, tiempos de lectura, tiempos, en definitiva, para educar.
El sistema educativo en nuestro país es muy preocupante. La tasa de abandono y fracaso escolar es muy alta respecto a nuestros vecinos europeos.
Hemos de concienciarnos de que, para mejorar el rendimiento escolar, la intervención de la familia resulta fundamental, tanto en la atención personalizada de nuestros hijos como en la cooperación con el centro educativo. Sin embargo, para la inmensa mayoría de las familias esto es imposible.
Con respecto a los deberes, a menudo asistimos a una situación en la que los padres nos convertimos en profesores particulares de nuestros hijos, generando una dependencia de su hábito de estudio a nuestra presencia quedando por tanto viciada la relación padre/hijo. A partir de esta situación se generan conflictos que impiden a los padres desarrollar su tarea educativa en el hogar con la correspondiente transmisión de valores a los hijos. Esto da lugar a familias que dan una suprema importa al expediente académico, lo cual provoca que la tarea educativa familiar no pueda desarrollarse.
La primera preocupación de los padres ha de ser la formación de los hijos y eso exige la comunicación y cooperación necesaria con el centro educativo, con los profesores y tutores, y el diálogo con los hijos.
Desde el Foro de la Familia entendemos que:
1.- Existe una necesidad real de conciliar los horarios laborales y escolares para que pueda existir la necesaria convivencia familiar.
2.- Es fundamental formar en la corresponsabilidad familiar para la participación de todos los miembros en las tareas domésticas y educativas.
3.- La familia y la escuela son los marcos adecuados para aprender a valorar el tiempo y a gestionarlo adecuadamente. La puntualidad respetando el valor del tiempo de los demás, el orden, la programación adecuada de actividades, etc., son valores que deben enseñarse en la familia y ser reforzados por el colegio.
Para que se produzca esto es necesario que las familias dispongan de tiempo para cuidar las relaciones personales, la convivencia y el diálogo, lo que ayudará a mejorar ostensiblemente la relación entre padres e hijos, y les permitirá dedicar tiempo al ocio, al deporte, etc.
La falta de tiempo provoca un aumento de tensiones que a menudo se solventan descuidando la familia o abandonando el trabajo.