Asturias, según datos del INE al uno de Enero de 2017, cuenta con una población de 1.034.960 personas de las que el 47,72% son hombre y el 52,28% son mujeres. Desde el año 1981, en que la cifra de habitantes de Asturias alcanzó su máximo histórico con 1.129.556 personas, la región asturiana ha venido sufriendo una constante perdida poblacional que se ha acentuado en los últimos cinco años, en los que la mortalidad supera a los nacimientos y el envejecimiento de la población es progresivo.
En al año 2017 los fallecimientos en Asturias alcanzaron la cifra de 13.157 personas, mientras que el número de nacimientos fue de 6.097, es decir, la tasas de mortalidad es más del doble que la de nacimientos, lo que augura un negro futuro para la población asturiana y por tanto par la familia.
El 71% de las mujeres que dan a luz en Asturias supera los treinta años de edad, con el consiguiente retraso en la edad de ser madre y el retraimiento de las posibilidades del incremento de la tasa de fecundidad que en el año 2016 (últimos datos estadísticos de los que disponemos) se situó en un 1,04 hijos por mujer en edad fértil (la segunda más baja del mundo, tras Singapur) y una tasa de natalidad del 6,12%. Estas cifras dan idea del negro futuro poblacional en Asturias, una región envejecida, con 252.812 habitantes que superan los 65 años de edad y tan solo 122.725 jovenes menores de 15 años.
Con esta situación demográfica que consideramos espeluznante para el desarrollo y protección de la familia, en el prólogo del “Plan Demográfico del Principado de Asturias 2017 / 2027” podemos leer la siguiente y pomposa afirmación firmada por el Consejero de Presidencia y Participación Ciudadana Gobierno del Principado de Asturias, D. Guillermo Martínez Suárez:
“No obstante el envejecimiento demográfico no es un indicador negativo. Constituye un éxito de las políticas públicas en materia de salud y bienestar y es fruto de una mejor salud y mayor supervivencia y por tanto de una mejora en las expectativas de vida de la población. Es el desequilibrio entre mayores y jóvenes, la diferencia entre una mayor proporción de población envejecida y una menor proporción de población en edad laboral, lo que nos hace actuar. Garantizar la igualdad de oportunidades de las mujeres al empleo, así como un mecanismo de apoyo a la conciliación y fomento de la corresponsabilidad son claves también para garantizar una recuperación de los índices de natalidad. Los estudios apuntan que no parece tan claro que exista una correlación negativa entre las tasas de ocupación femeninas y el descenso de la natalidad. Al contrario, a nivel micro se aprecia una asociación positiva entre empleo femenino y fecundidad. Se dan mayores tasas de fecundidad en sociedades con alto nivel de empleo femenino. El efecto más beneficioso en el aumento de la natalidad viene de políticas de conciliación laboral y familiar, como los permisos de paternidad o maternidad y, en especial, las escuelas infantiles. Es por ello que la apuesta por mejorar la educación 0 a 3 años y extender su red es también un elemento tractor clave en las políticas demográficas.”
Vamos, que el Gobierno del Principado de Asturias, por boca de su Vicepresidente, se encuentra encantado de haberse conocido, y el envejecimiento demográfico es un éxito porque se ha conseguido una mayor supervivencia, ¡Toma castaña! Que diría un castizo
Si analizamos con detenimiento el referido Plan Demográfico, documento de más de 200 páginas, nos encontramos con la sorpresa que, las medidas dedicadas a “Ayudas a la Familia”, dentro del apartado de crianza, están dotadas con 119.592.814 millones de euros para el período de vigencia de dicho plan pero, como podemos comprobar en el adjunto cuadro resumen, ni una de las medidas está destinada a fomentar la natalidad:
En el capítulo de ayudas, vía deducciones impositivas en el IRPF, tramo autonómico, estás están destinadas a:
- Adopción internacional de menores, cuantía :1.010 euros
- Por partos múltiples o por dos o más adopciones constituidas en la misma fecha. Cuantía de la deducción: 505.- euros por cada hijo nacido o adoptado en el período impositivo
- Por acogimiento familiar de menores. Cuantía: 253.- euros por cada menor acogido, siempre que convivan más de 183 días al año con la familia de acogida, o 126 euros por menor acogido si el período de convivencia supera los 90 días y es inferior a los 183 días.
Estas deducciones no están limitadas por la renta familiar, sin embargo las destinadas a
- Familias numerosas, con una cuantía de 505 euros, cuando se trate de familia numerosa de categoría general (menos de cinco hijos), o 1.010 euros cuando se trate de familia numerosa de categoría especial (5 o más hijos) está limitado el derecho a la deducción cuando la renta familiar supere los 25.009 euros, en tributación individual o los 35.240 euros en tributación conjunta.
Esta misma situación se da en las familias monoparentales, que, con una deducción de 303 euros quedarían excluidos de la misma cuando la renta familiar supere los 35.240 euros, y a la que se añada un segundo requisito excluyente y es que los hijos menores de edad, tanto por relación de paternidad como de adopción, siempre que convivan con el contribuyente y no tengan rentas anuales, excluidas las exentas, superiores a 8.000 euros.
De nuevo nos encontramos que la injusticia se hace patente en las familias numerosas y monoparentales. Este tipo de familias, para tener derecho a una exigua deducción en el IRPF, deberían de vivir en la indigencia o por debajo del umbral de pobreza, porque si a una familia de seis miembros (padre y madre más cuatro hijos) percibe rentas familiares superiores de 35.240.- euros, quedaría excluido de la deducción. Una simple división de la renta total familiar 35.240 euros entre el número de miembros de la unidad familiar, revela que, cada miembro de la unidad familiar tiene para subsistir una año 5.873,33 euros. ¡Vamos! que son millonarios.
Está muy claro que la Familia en Asturias es una especie en peligro de extinción que debería contar con un plan estratégico de recuperación de la especie como se hace en Asturias con los osos o los urogallos, o los salmones.
El gobierno del Principado ha acertado plenamente con el eslogan para promocionar Asturias turísticamente, Asturias paraíso natural, porque con las políticas familiares que se aplican en esta Comunidad Autónoma pronto se convertirá en un paraíso para osos y urogallos, y sus únicos habitantes serán aquellos turistas que vengan a conocer los hábitats naturales de esa fauna, porque los humanos habrán desaparecido.
¡Ah!, pero que no se olviden los visitantes de traer sus propias viandas y tiendas de campaña para pernoctar, porque no habrá personas humanas que les atiendan y, hasta este momento, que se sepa, ni los osos, ni los salmones de nuestros ríos, cuentan con habilidades suficientes para servir comidas, aunque en la última Feria de la Innovación Alemana, Asturias, haya presentado un invento consistente en un brazo escanciador de sidra.
Ángel Mario Díaz
Delegado Foro de la Familia en Asturias