Gru vive en una siniestra mansión que esconde su cuartel general, donde él y el doctor Nefario construyen los inventos más maquiavélicos. Y es que Gru es un villano de prestigio, un malo de toda la vida. Pero las cosas están cambiando en el mundo de los malvados, donde empieza a haber mucha competencia, especialmente por culpa de los jóvenes talentos como Vector. Por esto Gru prepara el gran golpe de su vida: robar la luna. Para conseguirlo adopta a tres huerfanitas, elementos indispensables para cumplir su plan.
Como suele ser habitual, esta película de animación no alcanza el nivel de Pixar, pero es que este estudio está… ¡a la altura de la luna! Sin embargo, Gru ofrece un nivel muy bueno, yendo de menos a más. Los directores debutantes Pierre Coffin y Chris Renaud han hecho realidad la idea original del animador español Sergio Pablos. Han sabido transmitir estupendamente el clásico tema del hombre malvado que va “convirtiéndose” poco a poco, sin apenas darse cuenta. Y es que este Gru tiene un algo del señor Fredricksen de Up. A los dos les cambió la vida una llamada inoportuna a su puerta.
Pero no todo es Gru en esta película. Fundamentales resultan las tres huérfanas –simplemente perfectas– y los minions, una suerte de curris de los Fraggle. Estos muñecajos amarillos son unos trabajadores infatigables de Gru. Son divertidísimos y un complemento perfecto de la historia. Los mayores también disfrutarán de lo lindo con estos personajillos así como con los detalles divertidos de la decoración de la casa de Gru (como las bombas-cama) o las críticas a la sociedad actual, donde enseguida se es demasiado viejo porque los jóvenes vienen pisando fuerte y parece no haber sitio para todos.
En el apartado técnico hay que reconocer el esfuerzo realizado por aprovechar el 3D. Puede parecer que se limita a obviedades –como los divertidísimos títulos de crédito finales–, pero resulta gratificante teniendo en cuenta la cantidad de películas que venden este formato para luego quedarse en nada.
Ya se ha dicho anteriormente, pero en España hay vida más allá de Florentino Fernández. Por increíble que parezca hay señores que se dedican al doblaje en este país. También es bueno saber que hay otros cantantes que podrían participar en este tipo de películas. David Bisbalempieza a ser un clásico –no tanto como Flo– en este tipo de títulos y su canción “Soñar”, que suena en los títulos de crédito, no pega ni con cola con la historia.