La historia no está preescrita, la escribimos los hombres con nuestras decisiones. La clave de una vida fructífera y fecunda es estar disponible para aceptar con generosidad las oportunidades que te ofrecen las circunstancias de tu tiempo para defender el bien y la verdad. En la España de los últimos años se abrieron grandes debates sobre cuestiones de inmensa trascendencia moral (matrimonio, aborto, etc.) y algunas personas dieron un paso adelante para poner su vida al servicio de la defensa del bien en ese contexto. Entre esas personas están todos los voluntarios del Foro de la Familia que se mostraron disponibles para hacer lo que estaba en sus manos para apoyar el bien y la verdad sobre el hombre en la España de comienzos del siglo XXI. Cada uno lo hizo según sus posibilidades y circunstancias. Uno de ellos fue un tal Sánchez.
Ignacio García-Juliá, alias Sánchez, supo dedicar su tiempo libre a defender los grandes valores morales en una época turbia con gran honestidad. Por eso aceptó renunciar a una carrera profesional brillante en el terreno de las telecomunicaciones para dedicarse en cuerpo y alma a algo de futuro incierto como era entonces el Foro, una ONG que prácticamente empezaba abriendo un camino no preestablecido y lleno de incertidumbres.
Durante años, nuestro Sánchez ejerció de director general del Foro de la Familia sentando las bases de su organización y expansión territorial, vivió en primera persona la creación de RedMadre, fue el alma organizativa de las grandes manifestaciones que sellaron la presencia pública del Foro y creó los soportes informáticos de la presencia en la red del Foro, a la vez que cuidaba con mimo de padre de familia a la red de voluntarios del Foro por toda España. Y todo esto, como resalta Benigno Blanco, lo hizo conjugando dos características no siempre fáciles de conjugar: plena implicación en los proyectos aportando su visión de los mismos y, a la vez, docilidad total para aceptar las directrices de quien presidía el Foro aunque no coincidiesen con sus criterios personales. Aportar con honradez y obedecer con lealtad define a los grandes hombres.