Valentina Maureira ha fallecido a los 14 años tras pasar su vida luchando contra una enfermedad genética y sin curación, la fibrosis quística.
Esta niña chilena saltó a la fama el pasado mes de febrero con un vídeo que grabó y subió a internet pidiendo a la Presidenta de su país, Michelle Bachelet, que le permitiese la inyección letal que le haría «descansar para siempre». En Chile la eutanasia está prohibida.
A las pocas semanas, Valentina cambió de parecer. Tras la visita de la Presidenta a su habitación del hospital y tras conocer de cerca el testimonio de una familia cuyos cuatro hijos han padecido esta misma enfermedad, la pequeña chilena decidió seguir peleando por su vida y por dar lo mejor de ella a su alrededor. En sus propias palabras: «Hay gente que me ha hecho cambiar mi forma de pensar».
El pasado día 15 de mayo, Valentina fallecía en el hospital a causa de una insuficiencia respiratoria producida a consecuencia de la enfermedad que padecía. Las últimas semanas de vida de esta niña han supuesto un empujón de optimismo frente a las enfermedades que no tienen curación: ha sido un ejemplo de alegría y lucha pues empezó una campaña de concienciación sobre el apoyo que necesitan estos niños y las ayudan que, por parte de los gobiernos, deberían recibir en investigación y mejoras sanitarias.
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