Dentro de unas semanas el Foro Español de la Familia, junto con las asociaciones que lo conforman, volverá a dirigirse a todos los partidos políticos españoles para proponerles la adopción de una serie de medidas familiares de necesaria y urgente implantación.
Previamente, no obstante, nos gustaría desde este Boletín informar a todos los socios y amigos del Foro de la importancia que tiene la adopción e implantación de buenas políticas familiares para un país.
Las políticas familiares en España surgieron con el objetivo de dar apoyo a las personas en el ejercicio de sus responsabilidades familiares, sin embargo, no podemos olvidar que en España estas políticas se desarrollaron mucho más tarde que en otros estados europeos, lo que trajo consecuencias funestas, no sólo para las familias en su conjunto, sino también para el bienestar de las familias, la educación, la baja natalidad, la violencia sobre las mujeres, la difícil emancipación de los jóvenes, así como el escaso apoyo público para el cuidado de personas dependientes.
Esta realidad, sin embargo, coexiste con una sociedad global e intercultural que se esfuerza por mejorar el bienestar de las personas como individuos, dotándolas de valores positivos y fortaleciendo su desarrollo integral.
Desde el Foro de la Familia proclamamos con total convicción que el mejor escenario para el desarrollo de una persona es una familia estable; sin embargo, una familia que no es estática, sino todo lo contrario, dinámica y renovada, que se adapta a una sociedad cambiante e intercultural y que por ello precisa de políticas publicas alejadas de cualquier ideología.
En los últimos años, en las distintas instancias europeas- Parlamento Europeo, Consejo de Europa, etc.-, ha surgido una fuerte preocupación por los problemas de la familia que se corresponde con la creciente sensibilidad social ante la necesidad de proteger a la familia y los entornos de la vida familiar, de modo que la política familiar ha pasado a ser entendida como una prioridad social y pública.
Las crisis y dificultades sociales, económicas y demográficas de las últimas décadas no han hecho más que redescubrir que la familia representa un valiosísimo potencial para el amortiguamiento de los efectos dramáticos de problemas como el paro, las enfermedades, la vivienda, las drogodependencias o la marginalidad. La familia es considerada hoy como el primer núcleo de solidaridad dentro de la sociedad, siendo mucho más que una unidad jurídica, social y económica. La familia es, ante todo, una comunidad de amor y de solidaridad.
La situación demográfica en la que nos vemos inmersos condena a nuestros países a una creciente falta de vitalidad y aumento del pesimismo. Europa necesita juventud y esperanza que dé sentido a nuestra existencia. Necesitamos familias fuertes, vitales, generosas, que afronten el futuro con optimismo, que construyan un futuro entre todos para mantener el argumento de nuestra propia existencia.
Europa ha de volver su rostro a la familia favoreciendo políticas familiares que llenen de esperanza el futuro.
Queridos amigos del Foro de la Familia, en nuestras manos tenemos el triunfo o el fracaso de nuestro país. La fe y la esperanza serán la luz que nos guíe para iluminar a todos las generaciones futuras.