Las nuevas generaciones de niños son diferentes y también las de padres. Si el año pasado todos hablábamos de “padres helicóptero” y “madres tigre”, ahora surgen los padres “cortacésped”. Un fenómeno que se ha hecho viral gracias a la Facebook después de que un profesor anónimo de una escuela secundaria compartió la historia de un supuesto altercado con un padre “cortacésped” en el blog de educadores WeAreTeachers.
El post titulado “Los padres cortacésped son los nuevos padres helicóptero y no estamos aquí para eso” recibió 2.300 Me gusta y 12.000 reacciones en la red social. Este profesor anónimo recordaba cómo le habían llamado del centro escolar para que recogiese algo que había dejado un padre a un alumno de Secundaria. El profesor pensó evidentemente que ese “algo” era importante como por ejemplo una medicina o un inhalador para el asma bronquial. Pero se sorprendió al descubrir que era simplemente una botella de agua.
El padre se justificó con un mensaje al profesor explicando que su hija le había mandado un mensaje para decirle que lo necesitaba. El profesor irónico le preguntó si no había suficientes fuentes en el centro escolar. No podía entender que el padre de un alumno de Secundaria volviera al centro escolar para un asunto tan nimio como una botella de agua.
Los padres “cortacésped”
El autor del post definió a estos progenitores como “cortacésped”, aquellos dispuestos a hacer “lo que sea necesario para evitar que su hijo tenga que enfrentarse a la adversidad, la lucha o el fracaso”. Estos padres van un paso por delante de sus hijos, allanan su camino y se aseguran de que nada se interponga en su camino, por lo que interfieren significativamente en la vida de sus hijos incluso siendo adultos, como quejarse a los empleadores cuando sus hijos no consiguen un trabajo. En lugar de dejar que sus hijos se enfrenten a los fracasos y aprendan de sus errores, cortan los obstáculos en el camino de sus hijos para que ni siquiera lo experimenten.
Si los padres estamos pendientes de nuestros hijos hasta el extremo de los padres “cortacésped, tigre o helicóptero”, nuestros hijos no soportarán en un futuro las decepciones o problemas. “Muchas veces los adultos (padres, maestros, etc.) tendemos a proteger a los niños para que no experimenten esta emoción negativa, a nadie le gusta ver como un niño sufre, buscamos su bienestar y pensamos que no deben frustrarse por esas pequeñas cosas que nosotros creemos insignificantes e intentamos evitar que tengan esos sentimientos resolviendo nosotros el problema o evitando que vivan ese momento. Pero pensar de esta manera es un error, solo vamos a crear seres frágiles incapaces de soportar las múltiples adversidades que se van a encontrar en su vida adulta”, explica Gemma Vilaplana en el artículo Aprender a tolerar la frustración en el segundo ciclo de Educación Infantil.
Aprender a tolerar la frustración
Los padres y los profesores tenemos que educar a nuestros hijos y no solo acompañarlos en las emociones positivas y los éxitos, sino que también hay que hacerlo en los problemas y los fracasos. Si no aprenden a controlar sus emociones por ellos mismos, pueden sufrir una baja tolerancia a la frustración puede derivar en un problema importante en el futuro. Los niños pueden sufrir momentos de ira, tristeza e incluso ansiedad y depresión.
En el fondo con la actitud de los padres “cortacésped” les estamos dando a entender que no confiamos en que ellos logren hacer las cosas. Si un día se olvida la botella de agua, aprenderá a beber de la fuente y no se le olvidará al día siguiente. Como alguien escribió en los comentarios al post del blog WeAreTeachers: “Ama a tus hijos lo suficiente como para darles las herramientas que necesitan para funcionar como miembros de nuestra increíble sociedad”.
Cómo ayudar a nuestros hijos
Si queremos ayudar a nuestro hijo nuestra actitud tiene que cambiar radicalmente. No podemos ir cortando el césped y quitando los obstáculos de los sitios por donde pisa. Tenemos que dejar el camino como está y que ellos mismo sean capaces de sortear esos obstáculos. Os vamos a dar algunas ideas para intentar cambiar nuestra conducta:
1. Dejar que experimenten todas las emociones
Los padres tenemos que dejar que nuestros hijos experimenten todo tipo de emociones desde la alegría, el aburrimiento o la tristeza. Incluidas todas las emociones negativas, que las sientan y las superen. Podemos hablar con ellos de esas emociones para que las verbalicen y las expresen, pero nunca evitarlas.
2. Mostrarles siempre nuestro cariño
Nuestro hijo tiene que sentir siempre nuestro cariño independientemente de la emoción que expresen. Aunque nos enfade su comportamiento deben tener claro que nosotros siempre les vamos a querer, aunque cometan errores o fracasen en alguna tarea. Debemos valorar el esfuerzo que han realizado más que el resultado final.
3. Canalizar su frustración
Otro punto importante es que nuestros hijos aprendan a canalizar y regular emociones como la ira y los enfados. No pueden expresar con agresividad sus sentimientos negativos ante las situaciones adversas. Tienen que aprender a controlar sus emociones negativas.
4. Dejar que se equivoquen
Si permitimos que nuestros hijos se equivoquen, seguro que adquieren más autonomía y serán más independientes. Si no se enfrentan a esos obstáculos cuando tengan un problema en la vida no lo sabrán afrontar. Y en la vida, aunque los padres no queramos siempre van a encontrar un obstáculo antes o después y nosotros no estaremos cerca en muchas ocasiones para eliminar las hierbas del camino.