Regularmente, cuando alcanzan el poder los socialistas, y como no ven otros problemas más importantes que resolver, se lanzan a arreglar el sistema educativo como si lo hubieran estropeado otros. Pero resulta que para ellos los errores del mundo educativo solo tienen un nombre: enseñanza concertada, nombre que se ha dado a la enseñanza católica para despistar a incautos y que no resulte demasiado evidente el objeto de su ataque.
Juegan con la baza de que la opinión pública tiene poca memoria y no recuerda las cifras publicadas de ambas. Nosotros sí tenemos memoria:
1.– La enseñanza concertada es un 50% más barata para el Estado que la enseñanza pública.
2.- El índice de abandono escolar en la pública triplica el índice de abandono en la concertada.
3.- En el informe PISA, los resultados de la enseñanza concertada son abrumadoramente superiores que los de la pública.
4.- Los casos de depresión y baja de los profesores de la enseñanza pública son muy superiores, porcentualmente, a los de la enseñanza concertada.
Si a esto añadimos que el nivel, dedicación e ilusión del profesorado de ambas enseñanzas es el mismo, ¿cuál es entonces el problema? ¿Qué enseñanza necesita medidas para ser mejorada?
Los padres no somos tontos, aunque quieran tratarnos como tales. Elegiremos lo mejor para nuestros hijos… si nos dejan elegir. Y aquí está el problema: si hubiera libertad de elección de centro, el problema se pondría de manifiesto con mucha más claridad.
Por tanto, señores del gobierno, arreglen lo que está estropeado; lo que ustedes han estropeado. Arreglen la enseñanza pública y devuélvanle el prestigio y la eficacia que un día tuvo y que ustedes han laminado con sucesivas leyes.
Si no saben cómo hacerlo o la ideología les nubla el entendimiento, les podemos desde aquí dar pistas para hacerlo: libre elección de centro, libertad de desarrollo del proyecto educativo de cada centro, evaluación objetiva y pública de cada centro… y que los padres elijan.
En una palabra, igualemos la enseñanza por arriba, no por abajo. Desintervenir y desideologizar la educación es la puerta de entrada a una educación competitiva y de calidad.
¿O es que no quieren que la educación de nuestros hijos sea de calidad? ¿O quizá su problema es la libertad de elección? ¿Tienen algún problema con la libertad?