Históricamente, familia, hogar y trabajo han ido siempre de la mano pero el concepto de conciliación de estos tres aspectos ha ido evolucionando con el tiempo y ha sido comprendido de diversos modos.
Hoy se habla mucho de conciliación, sin embargo, el primer punto desde el que debiéramos arrancar para encuadrar este proyecto es que en nuestros días el trabajo no está siempre al servicio de la familia sino de intereses personales y la familia ha dejado de ser un hogar en muchos casos.
La conciliación no se puede reducir a permisos de maternidad, permisos de paternidad, lactancia, reducción de jornada, excedencia por cuidados a menores y familiares, flexibilidad de jornada o racionalización de los horarios en general, que por otra parte son medidas necesarias.
Para lograr una verdadera conciliación es necesario comenzar desde el interior de la propia familia:
La madre y el padre han de recuperar y reclamar los espacios familiares que perdieron y que son irrenunciables, espacios exclusivos de las familias que han sido invadidos por el trabajo profesional.