No entraré en la guerra de cifras. La Delegación del Gobierno dice que fuimos ochocientos (doscientos más que voluntarios hubo), nuestros cálculos -según mapas e imágenes contrastadas- superan las cuatro mil personas. Qué más da. El caso es que, como siempre, llenasteis de felicidad y de juventud el espacio reservado para el evento, no hubo absolutamente ningún incidente (con la enhorabuena de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado), todo quedó más limpio que al inicio (corroborado por los servicios de limpieza municipales) y los técnicos del camión escenario, de sonido y de energía nos dieron las gracias por el buen trato y la profesionalidad. Todo ello se resume en una palabra: éxito.
Un éxito esperado, para qué engañarnos. La vida humana, inevitablemente y por fortuna, prevalecerá sobre cualquier gobierno e ideología. Sobre cualquier ataque o amenaza. Y su defensa y protección siempre contará con todos y cada uno de vosotros, de nosotros, y de aquellos que lleguen cuando nosotros no estemos, hasta alcanzar una sociedad verdaderamente justa y humana que integre y apoye a todos, especialmente a los más necesitados: no nacidos, enfermos, ancianos, mujeres en situación de vulnerabilidad, personas sin recursos, sin esperanza, etc.
Porque no hemos de ser naive (perdón por el anglicismo) y pensar que esto ya está hecho. Después del 28N, lamentablemente, el drama inhumano del aborto sigue llevándose una vida inocente cada 5 minutos en España. Sigue sin haber una apuesta de apoyo a las madres embarazadas firme y decidida desde los poderes públicos. Sigue adelante la reforma del Código Penal para amedrentar a quienes sí les ofrezcan ayuda. Sigue en vigor la ley que propone eliminar a las personas que sufren, y sigue sin desarrollarse la vía existente para acabar con su sufrimiento. Se sigue señalando a los médicos que tratan de hacer bien su trabajo y cumplir con su código deontológico.
El pasado domingo salimos a la calle para mostrar al mundo que el mundo quiere VIDA, pero hoy, mañana y todos los días nos toca seguir, cada uno desde nuestras circunstancias personales y en nuestro entorno, defendiendo sin complejos lo que merece la pena.
Estoy tremendamente orgulloso de haber formado parte de este sano tinglado, sobre todo, orgulloso de que cada persona que ha colaborado con su trabajo, tiempo, esfuerzo, asistencia, dinero o lo que sea, sienta el éxito del CADA VIDA IMPORTA 2021 como un éxito personal. Porque así ha sido. Cada uno de vosotros ha sido pieza clave en esta concentración y, sin cada uno de vosotros, esto no hubiese sido posible. No es populismo, es verdad, y de corazón.
Gracias a Alicia, a Marta, a Paula, a Esperanza, a Álvaro y a Folch por estar desde el principio aportando, sumando y sudando para sacar el 28N adelante. Habéis (hemos) hecho un auténtico equipazo con todos los adjetivos de moda que las escuelas de negocios quieran poner: multidisciplinar, inclusivo, basado, abierto y comprometido. Cada pieza ha tenido su lugar imprescindible para que todo el engranaje funcionase. Y funcionó.
Gracias a todas las entidades que se adhirieron a esta convocatoria, por dar difusión y representación, por mostrar en público su compromiso con la causa más importante de todas, por su colaboración en tantas formas.
Gracias a Marta Páramo por presentar el acto junto con Folch de una forma tan desinteresada y perfecta.
Gracias a Victoria, a Bea, a María, a Daniel y a Elías por asumir por amor a la VIDA la responsabilidad de ser jefes de equipo de voluntarios, y gracias, por supuesto, a todos y cada uno de los voluntarios, que habéis hecho tan fácil lo difícil, con una sonrisa en la cara y con un buen hacer impresionante.
Gracias a todas las personas que habéis venido en representación de tantos medios de comunicación para cubrir la concentración de CADA VIDA IMPORTA 28N y por haberlo hecho de una forma tan delicada y tan ajustada a la realidad de lo que sucedía.
Gracias a Mariana, a Michelle, a Carolina y Manu y a Leire por haber sido tan valientes en el pasado y en el presente. Sois la voz que da sentido a todo. Gracias a Paula por todo el apoyo.
Gracias a la Dra. Sonsoles y a la Dra. Luisa María por decir en público que los médicos no matan, sino que curan y, cuando curar no es posible, cuidan y alivian el sufrimiento. Sois esperanza para todos.
Gracias a todos los técnicos del escenario, de sonido y de energía que estuvieron trabajando mientras los demás dormían para que todo saliera tan bien: Daniel, David, José.
Gracias a Diego por ser el mejor de todos los regidores.
Gracias a Jotasoul por tocar y cantar tan bien por encima de prejuicios.
Y, como no podía ser de otra manera, gracias a ti, que estuviste allí, de pie con tu bandera, bajo el cielo gélido del sábado 28 de noviembre de 2021, gritando alegre que España defiende la VIDA.
Javier Rodríguez
Coordinador CADA VIDA IMPORTA 2021
Director General del Foro español de la Familia.