Aprobación de ley de la eutanasia: ¿necesidad o capricho?
Con la aprobación de la ley de eutanasia, se consolida la gran brecha que existe entre los intereses económicos e ideológicos del gobierno y las necesidades y preocupaciones reales de la sociedad española.
Sale adelante una ley discriminatoria, antiprogeresista, que coloca a España en la vanguardia mundial del abandono a las personas más débiles y vulnerables. Sale adelante una ley que los españoles ni piden ni quieren, impuesta con calzador por un gobierno que ha tapado sus oídos a los médicos y demás profesionales de la salud, al Comité de Bioética, al CERMI, a la Unión Europea, a los catedráticos de más de 30 universidades públicas, a más de 100 asociaciones que representan a millones de españoles.
Es lamentable que, por repetición, ya no sorprendan los golpes ideológicos que este gobierno, en medio de una pandemia y sin planes ni transparencia para su contención, perpetúa sin parecer importarle que el resultado será un gran número de vidas humanas inocentes truncadas.
Es una ley que atenta contra la dignidad, contra la vida humana, que discrimina en función del estado de salud, que merma libertad… Y que ahorrará mucho dinero al herario público, conviene recordar. Parece que mantenerse en el poder tiene un precio inasumible si se hiciese realidad aquel eslogan de «juntos saldremos más fuertes», o aquél otro de «sin dejar a nadie atrás».
La vía del respeto a la vida y dignidad humana, la de eliminar el sufrimiento y no la sufriente, ni siquiera la pretenden explorar. Los cuidados paliativos, aún por desarrollar en España, dignifican al enfermo al final de su vida, erradicando su sufrimiento y otorgando atención y acompañamiento activo a quien tanto merece; mientras que la ley de eutanasia ofrece la muerte provocada del enfermo como solución a su sufrimiento.
Cuando lo indigno se hace ley, la dignidad deberá luchar, desde la calle, contra la ley.
Javier Rodríguez
Director General del Foro de la Familia