Con el debate para la investidura de Juan Manuel Moreno como presidente de la Junta de Andalucía se abre un nuevo tiempo que trasciende a la propia comunidad autónoma.
En primer lugar, porque se trata de un hito histórico al convertirse en el primer presidente andaluz fuera del PSOE. Pero más allá de las siglas, estamos ante una oportunidad de desarrollar nuevas políticas desde el diálogo, libres de ideologías, imprescindible para un gobierno de coalición que necesitará, además, de apoyos de terceros grupos para sacar adelante sus propuestas.
Nos encontramos, pues, ante una oportunidad para colocar a la familia en el lugar que merece. En apoyos reales a esta institución más allá de promesas electorales, sobre todo económicas. Cumplir con la creación de la Consejería de Familia, dotarla de presupuesto y capacidad, colocando al frente a alguien capaz y cualificado nos permitirán dilucidar el verdadero compromiso del nuevo Gobierno y sus socios. Con competencias transversales, como la misma realidad familiar, que le permita desarrollar políticas con perspectiva de familia.
Andalucía estrenará el primer gobierno del PP de Pablo Casado. Aunque siempre les quedará la excusa de que es un poder compartido, servirá como referente para esos votantes que quieren creer en los nuevos aires que el nuevo líder popular promete para su formación. Votantes que quieren familia, libertad de educación y vida. Y que no aceptarán ambigüedades ni componendas de cara a las ya cercanas elecciones municipales y autonómicas de Mayo.
Perspectiva de familia
Asimismo, esta comunidad ha sido la primera en estrenar en su parlamento a VOX. Será asimismo la primera en ver cómo se desenvuelve este partido desde dentro de los órganos legislativos, su actitud, sus intereses y sus prioridades.
Con la incógnita del imprevisible Ciudadanos, está por ver si los partidos de la Izquierda optan por hacer política dentro o fuera de las paredes de la sede del poder legislativo andaluz. Tienen la ocasión de mostrar grandeza y buscar el bienestar de los andaluces, o agitar las calles en busca de una crispación que haga ingobernable San Telmo.
La familia, como institución por encima de partidismos o ideologías, se presenta como un tema propicio y, probablemente fundamental para el diálogo. Esperemos que no lo sea para la guerra. Perderemos todos.