Para comprender el papel que desempeña el alcohol en la vida de nuestros adolescentes es preciso abordar también el contexto social en el que se produce su consumo. Podemos afirmar que el patrón de consumo de alcoholo predominante entre los adolescentes se caracteriza por una ingesta intensiva de grandes cantidades de alcohol en un corto período de tiempo, fuera del ámbito doméstico, en grupo y de manera no regular, concentrado especialmente en las noches de los fines de semana. Este patrón se mantiene con independencia del nivel de estudios, la clase social o el sexo, lo que se traduce en algunos hechos que es preciso resaltar:
- La mayoría de los jóvenes salen todos los fines de semana por la noche una media de unas 6 horas.
- Frecuentan dos o tres lugares distintos atraídos por la música, el ambiente y el consumo de alcoholo y otras drogas.
- Los adolescentes consumen alcoholo sobre todo en bares o pubs, en espacios abiertos como calles, plazas o parques y en discotecas.
- Los combinados/cubatas son la bebida preferida por la mayoría de los consumidores de fin de semana, seguidos de la cerveza.
- Estos consumos llevan asociadas una serie de conductas de riesgo como episodios de violencia, relaciones sexuales sin protección y la conducción de vehículos bajo los efectos del alcohol.
Numerosos estudios revelan una clara asociación entre la frecuencia de las salidas nocturnas durante los fines de semana, los horarios de llegada y la experimentación con alcohol y otras drogas.
Los padres deben tomar conciencia de que es necesario prevenir estos consumos y conductas de riesgo. Pero no deben hacerlo desde el alarmismo ni apelando al miedo sino todo lo contrario: siendo capaces de afrontar estos momentos críticos de la vida de los adolescentes con serenidad y convirtiéndolos en auténticas oportunidades para mejorar la relación que tienen con sus hijos y para ayudarles a que adquieran nuevas responsabilidades e incrementen su autonomía personal.