La exposición, de clara proyección divulgativa, está redactada de modo esquemático que recuerda al de unas fichas de trabajo. Cada consejo se formula en función de una necesidad concreta que se especifica en primer lugar.
Después se proponen una serie de normas de actuación, a veces con aclaraciones sobre cómo y cuándo ponerlas en práctica, y referencias a lo que en ningún caso se debe hacer si se desea conseguir el objetivo propuesto. La autora, doctora en psicología, psicoterapeuta y madre de dos hijos, demuestra conocer por experiencia directa la problemática educativa de los hogares en la actualidad y tener criterios realistas y pragmáticos sobre cómo afrontarla.
Sus planteamientos, amplios y en general bien fundamentados en criterios de sentido común, parten de la necesidad de que los padres confíen en sí mismos y en sus modelos de conducta, estén de acuerdo en lo esencial y quieran proteger al niño de influencias externas tóxicas. La aceptación de esos puntos de partida implicará que las herramientas de disciplina efectiva, motivación y corrección que aquí se les ofrecen puedan servirles de ayuda eficaz.
La acertada sistematización de los distintos apartados en que se divide cada capítulo y el uso de un lenguaje claro, ajeno a tecnicismos, permiten que su lectura pueda resultar accesible a un público amplio, sin previos conocimientos de psicología educativa.