SALVAJES

por | Mar 2, 2023 | Artículos, Destacadas, En familia, Familia, Noticias

Dicen algunos que la felicidad en el llamado «primer mundo» es menor a causa de los problemas inventados a causa del materialismo, el relativismo y un mal entendido bienestar. Hay tribus en África Central, como los Pigmeos Baaka, que se echan las manos a la cabeza llamándonos locos al enterarse de que, lamentablemente, existen leyes en países de Occidente como la de la eutanasia. La vida es un don, un regalo, porque no nos la damos a nosotros mismos. ¿Quiénes somos o qué autoridad tenemos, entonces, para ponerle fin a nuestro antojo? Esta sencilla verdad está hoy más patente y arraigada en territorios que hasta hace bien poco la vieja y moribunda Europa tildaba de salvajes.

Sin embargo, lo salvaje es lo que hoy entra en vigor en España en forma de ley, y por partida doble: la nueva ley del aborto y la mal llamada «ley trans».
Mientras que los países occidentales pioneros en legislar sobre el fin de la vida o los sentimientos (casos que nos ocupan hoy) ya están reculando, al comprobar por la vía de los hechos las nefastas consecuencias de haber aprobado semejantes barbaridades, en España nos colgamos medallas por seguir asfaltando un camino que lleva al precipicio.
Y no, no nos alegraremos -ni sentiremos satisfacción al decir «te lo dije»- cuando caigan por ese precipicio, ya que para entonces otros cientos de miles de seres humanos habrán sido eliminados al amparo de una ley, cientos de miles de madres y padres de hijos muertos tendrán un sufrimiento imborrable y permanente y cientos de miles de personas que piensan que el propio sentimiento está por encima de cualquier criterio objetivo se habrán dado de bruces con la realidad sin posibilidad de retroceder en el tiempo.
Las leyes que hoy entran en vigor en España, después de que el legislador haya hecho oídos sordos a la ciencia, a los profesionales y familias involucradas, a las detalladas y argumentadas aportaciones del Foro de la Familia en el marco de la tramitación de las mismas y, en definitiva, a toda evidencia que llevase la contraria a su afán de imposición ideológica, suponen un ejemplo claro de promoción del sufrimiento y persecución a la razón.
Digan lo que digan las leyes, la vida de todos y cada uno de los seres humanos comienza en la concepción. No comienza en el consenso, ni en la semana 8, ni en la 14, ni en el parto, ni a los 2 años, ni a los 20. Comienza en la concepción. El cigoto, el embrión o el feto no son partes del cuerpo de sus madres, son sus hijos. Vidas humanas que llevan dentro, no sus propias vidas.
Digan lo que digan las leyes, lo que creamos ser, por muy convencidos que estemos de ello, no está por encima -ni puede generar obligaciones a terceros- de lo que realmente somos. Ya sea en el terreno sexual, como es el caso, o en cualquier otro. Si lo que yo digo que soy es ley, y quién soy da lo mismo, bienvenidos a la selva. A lo salvaje.
No obstante, siempre hay razones para la esperanza. Tal vez la primera de ellas es la de que en unos meses este sinsentido jurídico sea borrado de un plumazo, claro que, para ello, habrá que hacer un ejercicio de valentía política en honor a la verdad y a la libertad aún por explorar por parte de quienes han tenido la oportunidad en varias legislaturas hasta la fecha.
Pero más allá, eres tú, es tu familia, soy yo, quienes hemos de seguir hablando alto y claro, con educación y respeto, sobre lo que merece la pena defender y promover y por qué. Tenemos una responsabilidad enorme para con nuestra sociedad, simplemente porque vivimos aquí y ahora y porque las batallas en las que tenemos que tomar parte son las que se nos ponen delante, las que nos rodean hoy y ahora. No tengas miedo a defender la verdad, la belleza y la razón. Contamos contigo, igual que tú puedes contar con nosotros, para seguir dando la cara -en casa, en el trabajo, con los amigos, en nuestro entorno- por todas las causas nobles que hoy pisotean entre risas algunos insensatos.
Foro español de la Familia

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