Las familias con hijos en edad escolar hemos afrontado la vuelta al cole más cara de los últimos años, con una media de gasto por hijo superior a 400 euros. Para los que tenemos varios hijos escolarizados, el gasto se come un sueldo sin apenas comenzar el mes, y deja tiritando la apretada economía familiar. Lo primero que le viene a uno a la cabeza es, pero ¿de verdad es necesario tanto gasto?, ¿nadie es consciente del esfuerzo que supone?, ¿por qué siempre se le pide el esfuerzo a los mismos y no se mira si están haciendo todo lo posible los demás?, ¿hacen los colegios todo lo posible por abaratar costes?, ¿hacen las editoriales, librerías, grandes superficies un esfuerzo similar al que solicitan cada año a las familias?, ¿es necesario cambiar la ley educativa en cada alternancia en el poder?, ¿nos preocupa de verdad la sostenibilidad, no malgastar recursos, la ecología y educar en valores como el respeto, la austeridad, la no discriminación, la solidaridad o todo eso solo está sometido a cuestiones económicas?
La cuesta de enero siempre me ha evocado un alto muro que debía afrontar en una bicicleta, pero la vuelta al cole deja la cuesta de enero en un pequeño repecho.
Las familias numerosas estamos acostumbradas a realizar un sacrificio a menudo invisible a los ojos de los que nos rodean, algunas familias no habrán salido de casa, cogiendo fuerzas para subir los puertos de primera categoría que venían en septiembre. Otras pocas afortunadas habrán podido salir e ir al “lugar de siempre”, a esa casa que abuelos o amigos prestan o alquilan a un precio módico para que esos pobres niños cambien de aires…
Y llega el final del verano.. y las cuatro cifras de gasto escolar se alcanzan rápidamente sin pestañear, y a pesar de mirar y remirar lo que se puede reutilizar, de buscar el precio más bajo en todos las librerías o grandes centros o de parchear uniformes antiguos para que al menos en unos meses no haya que comprar, etc, la pájara te alcanza en medio de la subida y ahí tienes pocas opciones. ¿Las primeras que se aparecen?, desfallecer, bajarte de la bicicleta, apoyarte en el coche de equipo que tantas veces representan los abuelos y subir “haciendo trampas”, o hacer equipo con los tuyos. Ahora ya no es el momento de enfadarte por el duro trazado de la etapa, no es el momento de desconfiar en aquellos en quienes depositas cada mañana uno de los bienes más preciosos que tienes, tus hijos, solo hay que pasar la cima para ver que todo vuelve a ser llano y en ocasiones cuesta abajo.
Y es que una familia ante las dificultades es como un equipo ciclista ante una dura etapa, a veces tocará esperar al rezagado, a ratos tirar tu solo, ser gregario y llevar el bidón a los demás, a veces ponerte a rueda, en ocasiones liderar, y finalmente, subir entre todos la pared. Y mientras subes, ver tus debilidades y fortalezas, y aprender. Aprender sin dejar pasar la ocasión para enseñar, para hacer equipo, para trasladar una serie de valores a tus hijos, y para asumirlos en tí mismo. Hay que enseñarles a esforzarse por cuidar su material, que se puede reutilizar al año siguiente, a respetar su uniforme y sus zapatos, porque si no les sirve a ellos será un orgullo que un hermano más pequeño los pueda usar, y si ya no hay más hermanos por debajo se podrá ayudar ofreciéndolo a alguna familia que lo necesite. También hacerles ver que no siempre se pueden comprar las zapatillas que más les gustan, las de marca o las más caras, y que no eres distinto por llevar las de saldo, ni pueden dejar que nadie vea a otro niño de forma diferente por ello. De igual manera con los libros, que descubran las bibliotecas y el préstamo para las recomendaciones de lectura. Aunque éste es sin duda el gasto que menos me cuesta entender, porque tengo en muy alta estima lo que nos aportan.
Empezó el cole y este gran puerto ya lo hemos subido. Ha costado, pero ahí está la meta, es el momento de pedir ayuda para no llegar siempre sin aliento y para que el coche escoba rescate a los que se han quedado en el camino, para que nos ayuden a recuperarnos del esfuerzo y que en otros años se elija la cara más amable de la montaña, porque sin duda se avecinan nuevos puertos, y algunos de categoría especial. Pero si entre todos subimos este, entre todos subiremos lo que venga.
Raúl García
Foro español de la Familia