Aunque por lo general cuando ambos términos van en la misma frase suelen ir asociados, éste no es el caso. El Gobierno de España ha trasladado al Congreso un Proyecto de Ley de Presupuestos Generales para 2018 en el que trata de contentar a muchos con poquitos, lo que hace imposible que se hayan presentado las medidas valientes y decididas que las familias de este país necesitamos.
Vivimos un clima preelectoral que se acelera vertiginosamente con el transcurso de los días. Esto ha llevado al partido en el Gobierno a tocar todos los instrumentos a su alcance para tratar de contentar a todos (o a los más posibles) con guiños. Como hay muchos a quiénes contentar porque ya no saben dónde se encuentran situados política e ideológicamente, el resultado es unos presupuestos de muchos poquitos.
Lamentablemente, esto suele conseguir el efecto contrario: Muchos descontentos. Y alguna sensación de ofensa… Que se rebaje el IVA del cine en 11 puntos mientras se mantiene el de los pañales y demás productos de primera necesidad de los bebés al 21% denota falta de sensibilidad e interés por la familia y por la natalidad.
Y estos son, precisamente, los pilares que sustentan y necesita una sociedad. En pleno Invierno demográfrico, a la cola de Europa en nacimientos, no podemos mirar para otro lado. Es un problema real y actual, no uno con el que tendrán que lidiar nuestros nietos. Hace falta un compromiso intenso para darle la vuelta a esta situación. Es verdad que los presupuestos recogen medidas reclamadas y necesarias, pero no las suficientes ni en la medida adecuada que requiere la situación.